La ministra de salud, Carolina Centeno es reconocida como un eslabón importante, un ala dura de La Cámpora, y las erróneamente etiquetadas como “feministas”, que justamente son las que tienen “en jaque” al Sistema de Salud de la provincia del Chaco.
Un Ministerio “muy importante” en lo que se trata de materia de políticas públicas, está manejado y sometido al humor del día y soberbia de siempre de quien ostenta su mandato, Carolina Centeno.
El clima de tensión en el Octavo piso “es temible” ya que nadie le dirige la palabra a “su majestad, la ministra”, sus súbditos, ya hartos de una gestión deficiente, dictatorial y viciada por más que presentan sus renuncias al gobernador Jorge Capitanich, este se las rechaza y ni siquiera se interioriza de porqué esta cartera, una de las más importantes en la espina dorsal de su gestión y la que, junto a la de Pía Cavanna en Desarrollo Social, manejan un tejido social relevante. Nada de esto sería de interés del mandatario provincial o de quien en su nombre tome las decisiones.
La curiosidad lleva a preguntar: ¿Cuánto tiempo más el gobernador aguantará esta opereta política en Salud pública?, sumado al negoción del comunicador social Julio Wajcman, la contadora de este que maneja números importantes, con su yerno Juan Verdún y las viandas vergonzosas que le dan al personal de Salud y todo potenciado y ayudado por la desidia de la ministra Centeno que cada vez es más notorio que su cargo se lo debe al empuje de las “pañuelo verde” y La Cámpora, porque lo que hace al ámbito de Salud, su accionar soberbio e inepto solo ha traído dolores de cabeza y malos tragos.
