En la tarde del jueves, dialogamos con Julieta Jiménez, de 22 años, vive en Resistencia y es psicóloga del Club Don Orione de Barranqueras. La joven finalizó sus estudios universitarios y se encuentra realizando una especialización en psicología del deporte.

En relación a sus inicios en el Club, Julieta nos comentó: “Terminé la carrera, pero estoy haciendo la tesis, que la hago justamente en el club, como tengo el analítico completo, estoy haciendo una especialización en psicología del deporte. Toda mi vida fui deportista, siempre sentí que necesitaba un psicólogo o un acompañamiento distinto, justo coincidió que personas conocidas estaban renovando la dirigencia de Don Orione, y les comenté que, si necesitaban psicóloga, ahí estaba yo”.

“De esta manera, en febrero me incorporé a toda la parte de la disciplina de fútbol, ahora va creciendo más, algunos días hago charlas para las chicas de básquet y de hockey. La verdad es que me recibieron de la mejor manera, tenemos muy buena relación con el cuerpo técnico, me dan mucho lugar en el plantel de fútbol”.

Con respecto a su labor en esta disciplina, la profesional explicó: “Con las categorías formativas (escuelita de fútbol) lo que se intenta realizar es que ellos empiecen a conocer sus emociones, y se hacen trabajos respecto a eso, que los más pequeños aprendan a manejar esas emociones, como el enojo, la alegría, las frustraciones. Muchas veces pasa que hay niños que ni siquiera es que les gusta el futbol, pero los papás quieren que lo practiquen, se trabaja respecto a eso también, apuntamos a ese lado en la parte formativa”.

“En Primera división trabajamos como objetivos por semana, tenemos un día especial en la semana, en la cual los chicos hacen tres horas de trabajos conmigo, pero de igual manera yo trabajo todos los días en club, para observaciones o por ahí los chicos solos se acercan para conversar sobre molestias que tienen. La verdad es como brindarle al trabajo un lado más humano, porque a veces el preparador físico, el técnico o en general solo exigen físicamente, pero nunca se les pregunta si están bien, porque la realidad es que a veces los chicos ni comen por cumplir con el entrenamiento a horario”, agregó Jiménez.

En relación a los encuentros deportivos, manifestó: “Entro comúnmente para acompañar en Tercera división, en Primera no puedo entrar solo por cuestión de lugar, estoy siempre en todos los partidos para acompañar. Depende de la situación del partido, en el entretiempo ingreso para estar en lo que me necesiten, muchas veces se acercan y me dicen que están jugando mal y trato de ayudarlos en los 15 minutos que tenemos”.

Haciendo referencia a la importancia de este acompañamiento en el deporte, la psicóloga manifestó: “Es algo super necesario, por ahí se lo deja de lado por una ‘excusa’ de presupuesto, es sumamente necesario porque nosotros trabajamos de forma preventiva. Una misma tensión o una presión que se genera produce lesiones, entonces si trabajamos de manera preventiva, los chicos se lesionan menos, sufren menos ansiedad, ayudo mucho con trabajos de autoconfianza, y el rendimiento cambia mucho”.

“También hago aportes desde lo neurocognitivos, trabajo con el tiempo de reacción del jugador, la toma de decisiones, la concentración y la atención. Yo creo que esto es más que importante, ya que en sí el trabajo es innovador, mi idea es que esto vaya creciendo más y que todos los clubes sientan la obligación moral de incorporar este tipo de acompañamiento profesional”, aseveró la joven.

“Testeo mucho a los chicos para tener una estadística y para mostrarles a ellos mismos su progreso, al principio se reusaban por ser mujer, o al miedo de abrirse con una persona, y hoy en día ellos solos se acercan a contarme que les pasa, eso para mí es un avance enorme. También hago actividades con todo el cuerpo técnico, hacemos juegos de roles, ellos por ahí también en algunas ocasiones realizan demandas individuales, pero en general se trata de que ellos estén preparados psicológicamente”.

“Hay muchas cosas para seguir mejorando, pero estoy muy contenta con todo el trabajo que se viene realizando. Los chicos me recibieron re bien, muy respetuosos y trabajo de manera muy cómoda. Todo el cuerpo técnico valida mi lugar y eso es algo muy bueno”.

Finalizando, Julieta dijo: “Uno como deportista no tiene que olvidarse de que también es persona, y que nadie está exento de los problemas y de la vida cotidiana. Por ahí meternos de lleno en exigencias propias solamente de jugador, deja por fuera un montón de otras cosas que hacen al jugador, que sepan que es necesario abrirse y hablar con un profesional”.