Política
Las paredes hablan…

El legado del exdirector de Norte a los gritos en Gobierno por 55 mil pesos; ¿falleció de Covid?

Se escucha en los pasillos que su legado, Lulú Fernández, directora de un área de Infraestructura, dependiente de Obras Públicas de la provincia recibe “una ayuda” de 55 mil pesos y hace “quilombo” en Casa de Gobierno si no se lo acreditan.

Las paredes hablan lo que los medios callan. En la viña del señor todo se sabe, y cualquier otra frase alusiva puede andar con la situación que estaría atravesando el clan Fernández, ahora en manos de Lulú, la hija de Miguel Ángel, exdirector de Norte fallecido recientemente pero que antes de que todo suceda la supo “acomodar” sobre los colchones del Estado.

En los pasillos se dice que “toda la familia se infectó de Covid”, situación que la mantuvieron en secreto y que Miguel Ángel Fernández fallecido el 30 de noviembre pasado por un paro cardíaco en realidad en realidad se contagió de coronavirus. ¿Es en ese concepto el subsidio que está recibiendo del Gobierno del Chaco?

Otra cosa que se dice es que en consecuencia, recibió su legado “una ayuda” de 55 mil pesos y que la responsable de cobrarlo es Lulú Fernández, la directora de un área de Infraestructura, dependiente de Obras Públicas de la provincia quien hace “quilombo” en Casa de Gobierno si no se lo acreditan.

Toda la familia Fernández, se supo acomodar en el Estado, su padre gestionó además con “información privilegiada” y lugares “privilegiados” las mejores pautas, y ahora tras su deceso reciben subsidios.

La encargada de cobrarlo es Mary Fernández y dicen en Casa de Gobierno que se la escucha gritar cuando va en busca de los 55 mil pesos de “ayuda”. “Vergüenza deberían tener, soy la hija de Miguel Fernández”, espeta a los gritos y trata como “esclavos” a los empleados de casa de Gobierno que nada tienen que ver con sus “acomodos” y “subsidios”. “Sólo son 55 mil pesos, es una miseria y dan vueltas para darlos”, grita Lulú cuando los va a buscar, miseria que “no la deja pasar” por más que despotrica porque es ávida de cada centavo que pueda recaudar.

Pero eso no es lo único que se escucha en los pasillos, también retumba que Lulú “tiene contrato en todos lados”. El legado fue transmitido con todas las letras, puntos y comas, pero sólo el de “recaudar” el periodístico no le llegó ni a los talones.

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