Esta es la historia triste pero real del gobernador chaqueño que quiere poner mano dura pero los piqueteros no le dejan, le dominan la agenda debido a que en elecciones son los que lo llevan ganador en las urnas.

Coqui se equivoca una vez más, así como la pifió con Olivello y lo dejó sin efecto y justifica que lo echó “atento a haber cesado las razones que dieron lugar a su designación”, el policía con antecedentes y denuncias en su contra por su brutal accionar sólo estuvo en el cargo tres meses (asumió el 17 de septiembre) y Capitanich que quiso controlar las calles con tolerancia 0 como lo hacía su exvicegobernador Chiyo cuando él se mandó a mudar detrás de la pollera de Cristina Fernández en su anterior mandato como gobernador no le dio la espalda.

Sus negociados con los piqueteros, de uno de ellos es padrino de bodas (Emerenciano Sena) y le permite que en la escuela que le creó se enseñe comunismo y se reivindique como héroe al Che Guevara en vez de San Martín, Belgrano y otros, son más fuertes que el tránsito libre y el derecho a circular. ¿Cuándo les dará trabajo en serio en vez de mantenerlos con la teta del Estado para tan sólo seguir ganando en las urnas?