VIDEO | Ulises Camargo: "El arte es un escape a la belleza de la vida"
Hace más de diez años, el artista Ulises Camargo organizaba una sesión musical en un Bar. Recién había llegado de Córdoba y esa movida le permitió conocer de cerca a los músicos de la ciudad. Fueron varios encuentros y en uno de esos espacios apareció la leyenda, Pin Figueroa. Tocaron justos y desde entonces siguen haciendo cosas juntos.
"Al Pin lo quiero y lo admiro mucho. Comenzamos siendo un dúo. Con el tiempo se sumó un joven de 19 años, Kevin Mateo", este trío recorrió varios caminos y desde hace años viene haciendo música. Ya han presentado temas propios y clásicos del rock.
La banda original conformada por Ulises Camargo, Pin Figueroa y Kevin Mateo, luego sumó a Clodine Fernández y Sergio Bosch, con temas nuevos y clásicos de rock y blus, cobrarán vida de parte de esta banda llamada “Camaradas”. La historia comenzó hace varios años cuando Ulises llegó a Resistencia.
El trío de Camaradas hace tiempo que viene haciendo músico en distintos bares de la ciudad de Resistencia. Hacen blus y Rock and Roll con clásicos que viene desde Elvis Presley hasta nuestros días, con los temas que el propio Camargo está componiendo para la banda, que luego sumó nuevos integrantes y siguió mutando.
"Los temas propios los compuse en algún momento de mi vida y otros los he compuesto especialmente para Camaradas", explicó Ulises. En esa sintonía, resaltó que "el arte nos conecta con lo más bello de la vida. Nos conecta con lo más esencial de la vida. Las tareas diarias nos distraen mucho y a veces se imponen de una manera que nos alejan de nosotros mismos. El arte aparece ahí para hacer una pausa y conectarnos con la belleza de la vida humana".
Con el correr de los años, Ulises se reconvirtió también en actor y director de teatro, y así recordó su primera experiencia como actor: “El rey león estaba erguido. Yo hacía de mono con una máscara que cubría mi rostro y estaba acostado, a los pies del león. Se suponía que tenía que dormir pero detrás de la máscara tenía los ojos muy abiertos para mirar al público. Era un mono que dormía con los ojos abiertos".
La obra de teatro musical "Cabeza de Chipá" fue escrita en 2015. Por aquel año se puso en escena y con el correr de los años volvió a las tablas de Sala 88.
"Hace más de diez años que llegué al Chaco. Hice talleres de teatro musical. Tenía una alumna que tenía la cara redonda, rubia, pelo bien corto y con rulos, entonces justo había empezado a conocer el chipá en Resistencia. Así que un día la apodé Cabeza de Chipá. Le dije que en el momento iba a escribir un musical que se llame Cabeza de Chipá. Así empezó todo, los cordobeses somos un poco de poner sobrenombres; a vos te diría, por ejemplo, cabeza de huevo o cabeza de kiwi", resuelve decidido el escritor y director, mientras suelta una sonrisa.
Con las luces del escenario de Sala 88, Camargo recuerda detalles de su obra. Llevaba el pelo muy corto, camisa, remera, jean y zapatillas. Sonríe y mueve sus manos como alas de flores.
"Cabeza de Chipá es una historia maravillosa donde el personaje principal buscar perseguir su sueño, su pasión por algo maravilloso como la música, el canto y el baile. Esto también viene a apuntalar el género del teatro musical, que vengo a enseñar y difundir en la provincia".
"En la obra trabajó un total de quince personas. Arriba del escenario eran siete personas. Más iluminador, sonido, coreógrafo, tres asistentes que hacían un cambio de escenografía muy pesado y a la vez ayudaban a repartir chipá. Había una escenógrafa que armaba la escenografía con los asistentes. Más personas que hacían foto y video. Todos cobraban por su trabajo. Desde hace unos años estoy tratando de profesionalizar nuestra tarea, que sea mejor paga. Los chicos trabajan un montón y los actores ensayan mucho", explicó Camargo.
"´Cabeza de Chipá´ era la historia de una nena que tiene diez años. Ella busca cumplir un sueño, quiere cantar, bailar y actuar. En el camino se encuentra con un papá medio rezongón que no le deja pero que fue artista cuando era joven. Así que a partir de ahí se desata una situación muy divertida".
"La obra en sí es muy divertida y la mayor sorpresa que me daba es cómo la pasaban los grandes, salían emocionados y con una sonrisa amplia en el rostro, ‘la traje a mi nena pero salgo yo con una cosa adentro muy linda‘, decían los adultos”.
Sobre su carrera, Camargo recuerda: “Vengo del humor y por eso está presente en mis obras. Se mete con la aparición de personajes que parecen salidos de mundos de fantasía. Empiezan a aparecer cosas desopilantes y llenas de sorpresas. Una de las razones por las que me quedé en el Chaco es porque hay potencial. Cuando vine para hacer un taller de teatro musical comencé a ver que había cantantes, bailarinas, bailarines, actores y actrices, cada uno en la suya, pero había todo”.
Finalmente, señaló: “Los niños y las niñas son maravillosos. Son el público más sincero que puede haber en el mundo. Cuando están viendo la obra y se les viene una idea a la cabeza se la dicen al personaje en voz alta. Los adultos también pensamos cosas para decir, pero solo murmuramos o se lo decimos a la persona que tenemos al lado. Los chicos me hacen reír. Trabajo mucho con niñas, niños, adolescentes, teatro musical en el Chaco tiene mucho potencial. Hice la obra para ellos porque son felices viendo una obra de teatro musical, yo también me divierto”.








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