VIDEO | “Toto” Castiñeiras, de sus 20 años en el Cirque Du Soleil, a la provincia para compartir su arte
Guillermo “Toto” Castiñeiras dialogó con NOVA sobre su trabajo diario en las artes escénicas, como actor y como director. Este lunes, finalizó el seminario corporal y de movimiento de cuatro días de duración que el intérprete físico presentó en el teatro La Máscara de Resistencia. En un alto de su estadía en la provincia, dio a conocer un poco más de su propuesta de formación.
"Estuve hace relativamente poco en Resistencia con mi obra Ojo de Pombero, en la Fiesta Nacional del Teatro, en 2024. Así que ahí pude vibrar el movimiento cultural y de lo escénico que hay. Eso me dio muchas ganas de volver", introdujo.
Castiñeiras comenzó a trabajar como actor a los 14 años, teniendo presencias en Argentina, Uruguay, Chile, Brasil en teatro y para la televisión latina en Estados Unidos en una coproducción con México. En 1997 comenzó su labor como docente de clown y géneros puros de actuación. Su Escuela Claun Teatral, con base en Buenos Aires, se dedica a la formación de comediantes. Castiñeiras creó en 1998 en Argentina la compañía Lafarfala Teatro, para la cual escribió y dirigió tres espectáculos.
El artista tiene una amplia trayectoria en las artes escénicas y con 20 años en el Cirque Du Soleil, una compañía mundialmente conocida por la calidad de sus presentaciones, que recorrió el mundo, presentando sus rutinas en más de más de 50 países. Actuó repetidamente en escenarios que van del Luna Park de Buenos Aires al Royal Albert Hall de Londres.
Sobre su trabajo, definió: “Yo no soy un profesional, ni me defino tanto como alguna cosa. Toto es un sobrenombre familiar que pasó a ser un nombre, cuando en el exterior se le hizo a la gente con la que trabajaba, más fácil de pronunciar. Pero ni eso queda definido nunca. Yo hago muchas cosas y otras tantas cuando las circunstancias, y muchas veces el deseo (y estoy agradecido por poder tener oficios ligados al deseo), ponen en plano la escritura, el diseño, el montaje, la actuación…”.
Ahora, Resistencia fue sede de una capacitación que dicta con Rocío García Llosa para estudiantes de artes performáticas y escénicas, la danza y disciplinas deportivas. De ese encuentro abierto también al público en general y a otros artistas de la escritura, la dramaturgia o la plástica, describen que el trabajo empieza con el cuerpo y sigue con la mente y la capacidad de reflexión.
Jugar como niños
Castiñeiras plantea que sus talleres no solo se quedan en la experimentación del movimiento, sino que también se orientan a "pensar en cómo generar una obra, una escena; o pensar en una composición, en cómo hacer algo para presentar al público". "El pensamiento es cuerpo también"-dice-"así que lo que hacemos es ponerlo en movimiento".
Ante la afirmación de que a los adultos les cuesta más moverse como lo hacían en la infancia, responde que si bien ahora es más difícil, tampoco es imposible. "La idea del juego está buena, por lo encontrar entusiasmo y algo que divierte. Un actor necesita recordar a ese niño jugando porque si no, se pierde lo mejor del teatro que es volver a la infancia", afirma.
Su paso por el cine, el teatro y el circo lo convierte en un eximio conocedor de las artes escénicas, en cuanto a cuál es su fórmula, “Toto” resumió: "Sería aprender a concienciar el movimiento, aprender a organizar el cuerpo para hacer movimientos conscientes. Me gusta decir que la mente son los hilos de una marioneta que es el cuerpo".
Sobre el control y la comprensión de lo que se está haciendo sostiene que genera dos cosas. Por un lado encontrar síntesis en el movimiento, que para la actuación es importante. Y por otro, entender las capacidades del propio cuerpo y saber hasta dónde generar acción y teatralidad, creando intensidad y liberación en la actuación.
"Mi experiencia a través de los años y de forma continua en el trabajo es ser cada vez más consciente de los mecanismos corporales para generar expresividad y llegar al público. El Cirque du Soleil por ejemplo para mí es más una forma de vida. Es el lugar donde puedo ponerle el cuerpo a las cosas que imagino", complementa.
Durante la cuarentena por Coronavirus, “Toto” debió poner en pausa todos sus proyectos, se encontró ensayando en una plaza mirando los nichos de la Chacarita y conectándose por Zoom con otros 32 payasos del Cirque du Soleil.
En cuanto a los premios y el reconocimiento con el correr de los años, “Toto” resalta: “Me gané algunos premios, y considero que los que gané, me sirvieron mucho en el momento en el que los gané, para acercarme a alguna gente que quiero mucho y decirles cuánto los quiero. Lo mío no lo siento como una carrera tampoco. Me parece que es más una caminata. ´Walking with the circus´ se dice cuando se sale a girar con la carpa y hay que seguirle el ritmo a los elefantes. Ir a paso de elefante más que ajustando el culo al paso de la carrera”.
En los talleres, Castiñeiras plantea que el objetivo es siempre que el intérprete no solo encuentre algo nuevo en relación a su forma expresiva, su movimiento o las capacidades de su cuerpo, sino que también se dé cuenta de que con dos o tres herramientas puede generar un impulso hacia la creación de una obra.
"Porque en este país somos gestores de nuestros trabajos. Vengo de Mar del Plata, donde siempre generé el mío y eso me hizo pensar en herramientas para que el impulso esté en mí y no depender de que el impulso esté en otra persona", cerró.








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