Si bien el optimismo del Frente de Todos era claro y la crisis económica que vive la Argentina jugaba a favor, nadie se imaginó que la diferencia iba a ser tan amplia. Lógicamente este arrastre se replicó en el Chaco, donde el tándem kirchnerista se impuso con el 55,96 por ciento de los votos, frente al 25,52 por ciento de Juntos por el Cambio.

De igual manera el triunfo se trasladó a la elección de senadores y diputados nacionales en el Chaco. Y en lo que se refiere a la interna peronista chaqueña, Capitanich aplastó a Peppo con un 67,61 por ciento contra un 31,86 por ciento; así como Lucila Masin hizo lo mismo con Gustavo Martínez con un 66,31 por ciento contra apenas un 32,59 por ciento.

Sin dudas, nuevamente "Coqui" hizo gala de sus artilugios y gran experiencia política para lograr que la Lista 17 de Octubre sea la única que iba pegada a la de Alberto y Cristina, lo que le permitió arrasar el pasado domingo en las urnas chaqueñas.

A la hora de hacer autocrítica, el entorno del actual gobernador y de sus aliados tendrían que haber anticipado esta gran jugada electoral del montenegrino, que ni siquiera fue tenida en cuenta por los supuestos apoderados de gran experiencia. Realmente fue inédito ver cómo un gobernador en ejercicio de la presidencia del Partido Justicialista perdía el control de las decisiones del Consejo Provincial y quedara prácticamente sin chances de lograr la reelección.

Y desde un principio se sabía que el tema de la boleta corta iba a ser el gran problema, por lo que no se entiende cómo los apoderados no le dieron la importancia que el tema ameritaba. Es por eso que vale la pena resaltar que el gran triunfo de Capitanich se logró aquel 6 de junio, cuando el presidente del PJ se vio rodeado y sin el acompañamiento de la mayoría de los consejeros tuvo que huir con un cuarto intermedio que se constituiría en el principio del fin de esta historia. Allí, Peppo perdió la reelección.

Con el diario del lunes y los resultados oficializados Capitanich hizo la lógica, desechó cualquier tipo de esperanzas de un acercamiento interno del peronismo y se lanzó con todo a la lucha por la Gobernación del 13 de octubre. Con la soberbia y optimismo desmedido que lo caracteriza, el intendente capitalino cerró sus filas y disfrutó de un acompañamiento de la voluntad popular que lo dejan muy cerca del objetivo. Siempre presumiendo de su campaña proselitista austera y militante que realizó durante estas últimas PASO, contra un aparato estatal poderoso que contaba con los medios a favor.

Contra la espada y la pared

Las especulaciones estaban a la orden del día tras la paliza electoral. Se hablaba de que Peppo se bajaba de la reelección y que Gustavito saldría rápidamente a pedir disculpas a “Coqui” para tener algún tipo de chances de ser electo intendente de Resistencia. Nada de esto sucedió. El gobernador ratificó su postura de pelear hasta el final contra Capitanich y Peche, así como adelantó que la próxima semana ya estarían su compañero de fórmula, los candidatos a diputados provinciales y aspirantes a intendente de las 70 localidades chaqueñas.

En los pasillos de Casa de Gobierno aseguran que la amplia diferencia obtenida por “Coqui” el domingo se debe en gran parte al arrastre de la fórmula presidencial, que recibió un gran apoyo popular en total rechazo a las nefastas políticas económicas de Macri. Es más, aseguran que las diferencias no son tan amplias e imposibles de levantar, por lo que darán pelea para intentar forzar una segunda vuelta contra Capitanich que permita la reelección.

Y con esto, se reavivan las posibilidades de Gustavo Martínez que a pesar de estar totalmente distanciado del coquismo, este jueves ratificó sus aspiraciones de asumir la Intendencia el 10 de diciembre. Con el mandatario provincial dando pelea, también apuesta todas sus fichas a que haya segunda vuelta el 10 de noviembre, misma fecha que se vota en Resistencia, para poder luchar voto a voto junto a Peppo y dejar sin nada a Capitanich.

Esta estrategia, sin dudas a matar o morir, parece ser la única alternativa viable de cara a lo que se viene. Por lo que desde esta columna resaltamos que no solo Domingo Peppo pone en juego su supervivencia política, sino también un peso pesado del peronismo chaqueño con Gustavito que la última década gozó de un poder casi inigualable que hasta le permitió imponer un gobernador al propio Capitanich en 2015.

Las fichas parecen estar jugadas a todo o nada y serán los chaqueños y resistencianos los que definirán la cuestión.