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Contra la depredación de la fauna íctica

Salvemos al Paraná: la movida que se está gestando para defender al río

“Salvemos el Paraná” busca dar cumplimiento al fallo que reza que “en épocas de veda, no puede haber ni permitirse ningún tipo de pesca, ni deportiva ni comercial”.
Hace dos años, el volumen de la cuenca del Paraná se vio disminuido por la construcción de represas, en Brasil y en Paraguay, sumado a la falta de lluvias.

Apoyado en las plataformas de Facebook, Instagram y Tik Tok, impulsada por Gabriela Hojberg, dueña de una reconocida Armería de Resistencia y referente de la caza y pesca en el NEA, se está gestando una movida determinada como “Salvemos al Paraná”, apoyando la gestión de Marcelo Churín, Director de la Brigada Operativa Ambiental (BOA), y de Marta Soneira en la Secretaría de Desarrollo Territorial y Ambiente del Chaco.

Hace dos años, el volumen de la cuenca del Paraná se vio disminuido por la construcción de una represa, en Brasil, y otra que estaría finalizándose en Paraguay. Esto, sumado a la falta de lluvias que hay en nuestra zona y en las altas cuencas del Paraná en Brasil, produjeron una bajante histórica.

En todo este contexto, la pesca comercial aparece para depredar sin control las especies principales: dorado, surubí, manguruyú, bogas y sábalos.

Este año, y en consecuencia de lo visto años anteriores, con la gestión de Marcelo Churín y Marta Soneira, se logró una veda que se rige por la altura hidrométrica, que quiere decir que cuando el hidrómetro emplazado en Barranqueras marca una altura inferior a un metro, por cinco días consecutivos, automáticamente se entra en “Veda total”, por lo que nadie, ni pescadores deportivos ni comerciales, pueden lanzarse a las aguas del Paraná a pescar.

Actualmente, el Gobierno de la provincia del Chaco subsidia a los pescadores, pues entiende el contexto económico que acarrea la veda y la pandemia. Lo cierto es que, hoy por hoy, el problema radica en que salen a pescar igual, pese a la veda, maltratando a personal del BOA, cortando canales, y el tránsito del puente Chaco-Corrientes para imponerse y seguir depredando el río.

Los pescadores no se autoabastecen ni abastecen al Chaco con lo que pescan, si no que lo hacen para cumplir con acopiadores de Santa Fe y Entre Ríos, quienes exportarían esto a un precio estimado de 90 dólares el kilogramo. Es decir, están depredando la fauna íctica del Paraná porque pertenecen a un grupo de exportación de otras provincias, por lo que los acopiadores, sea como sea, deben cumplir con un cupo mínimo de pesaje de pescado, cosa que les está resultando entre difícil a imposible por la veda que existe y que ellos desobedecen. A causa de esa desobediencia, se realizaron secuestros de piezas en Rosario y otras partes, donde eran llevados los pescados de manera irregular, ya que no lo transportaban en vehículos adecuados para tal fin.

Así, los pescadores apelan a la lástima, a que se lanzan al río con sus redes para subsistir, pero por más subsidios que el Gobierno se esfuerce en darles, ellos no van a parar, ya que deben cumplir con los negociados fuera de la provincia, depredando así la fauna íctica del Paraná.

La campaña “Salvemos el Paraná” es para dar cumplimiento a un fallo con sentencia favorable, ya en segunda instancia, que reza que “en épocas de veda, no puede haber ni permitirse ningún tipo de pesca, ni deportiva ni comercial”.

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