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Cuando los miedos, desencadenan en violencia

Rodrigo Mendoza, el amigo que muchos tuvieron y no supieron cuidar

Rodrigo retrató en redes sociales las amenazas recibidas, y respecto de lo que percibía a su alrededor.
Carla Kotinovich, ex pareja y madre de los niños de Rodrigo Mendoza, que fue cómplice de los hermanos para destruir la vida del doctor.
Los hermanos Mendoza: Sandra y Rodrigo, junto a “Lichi”, eran muy unidos, pero también lo abandonaron y sumaron a darle una vida de martirio en sus últimos días.

Hace unos días NOVA hizo conocida parte de la historia de vida de una figura como fue el Dr. Rodrigo Mendoza, el amigo que muchos tuvieron y no supieron cuidar, quienes lo aprovecharon y los que se aprovecharon de él. Surgen anécdotas de cenas, veladas compartidas, su calidad y calidez como anfitrión.

Rodrigo era una persona sociable, pero con el correr del tiempo, sus miedos se iban acrecentando... Su mayor terror: que a sus hijos, a sus sobrinas, a sus seres queridos les pase "algo". Él, en carne propia, había sufrido y documentado en su red social Facebook las veces que fue agredido y que inexplicablemente, nadie haya visto ni oído nada.

Rodrigo venía librando una ardua lucha contra el cáncer desde 1999, se cayó, estuvo al borde del precipicio, se levantó despacito y así... Eso seguramente habrá cambiado la percepción de Rodrigo frente a la vida, como sucede cuando un ser humano se enfrenta a situaciones límites, ve sus errores y trata de enmendarlos y no repetirlos, se valoran más las experiencias y los afectos.

Quienes genuinamente lo han conocido, saben que Rodrigo no vivía ni en una vidriera, mostrando cosas que no son, ni en una burbuja, desconociendo realidades propias y ajenas que dolían. Su realidad, la que marcó el último tramo de su vida, fue por demás controversial. El Dr. Mendoza tenía su salud realmente quebrantada, hubiera necesitado de todo el amor y la empatía de a quienes él prodigaba y consideraba cercanos.

Pese a estar separado de la mamá de sus hijos, Carla Kotinovich, ella junto a las dos hermanas de Rodrigo, Sandra y Elizabeth (Lichi), no sólo no se ocupaba del Papá de sus hijos, sino que además vigilaba maliciosamente el entorno de Rodrigo, por ejemplo, por medio de una asistente con conocimientos de enfermería, que Rodrigo osó contratar por su cuenta, fue cuestionadísima y puesta en tela de juicio por si la misma no estaría ligada sentimentalmente a Rodrigo.

La víctima fue Rodrigo, ya que era un despojo de persona, la enfermedad que estaba cursando, las malas condiciones en las que se encontraba, no solo de higiene y nutrición sino médicas; tenía una sutura en uno de sus brazos que jamás le procuraron curaciones, quien se encargaba de manejar turnos médicos y lo concerniente a su salud, era su hermana Sandra. Rodrigo le pedía por favor que le gestione turnos con especialistas y así pasaban días, semanas, y ella lo único que sistemáticamente todos los días por llamada controlaba era que tome clonazepan, en cantidades contundentes para doparlo.

Rodrigo no podía vivir así, lo acompañaba un muchacho en caracter de "administrador/ secretario", de nombre Mauri, con la anuencia de Sandra, y además de eso tenía en su departamento de Juan Pablo 23, lo mínimo indispensable para vivir: una heladera vacía. Nadie que se ocupe de él, por lo que Rodrigo estaba casi ciego, manejándose al tanteo.

En las semanas que la persona acompañó a Rodrigo, insistió en saber todas las dolencias que lo aquejaban para poder suministrarle los medicamentos correspondientes, sus reclamos no fueron oídos. Mauri asistía a Rodrigo en todo lo que podía, compras, comida, ya que, a pesar de ser cultor de la comida sana, estaba en franco estado de mala alimentación, muy débil.

Lo que tomó por sorpresa, era que el Dr. Mendoza no disponía de su propio dinero, lo manejaba este "secretario" y le daba por día para "sus gastos" entre 100 y 300 pesos como si Rodrigo fuese un niño. Más allá de todas las resistencias de su entorno, Rodrigo entabló una relación de amistad con su cuidadora, ya que estaba muy sólo, y era como un cachorrito enfermo abandonado a su suerte, a su mala suerte...

Rodrigo no tenía línea de teléfono fija, su PC estaba vacía, no tenía siquiera word, y toda la información que a este pobre hombre diezmado por el cáncer, los malos tratos y nuevamente el consumo de drogas y alcohol (apañado y acompañado por su "asistente/administrador"), en total detrimento a su frágil estado, lo hacía tan "temido" se encontraba en su teléfono móvil y en una caja donde había más de 60 expedientes de distintas causas federales por enriquecimiento ilícito, lavado de activos, y demás, que involucraba directamente a su hermana Sandra y su ex cuñado.

Esta persona que lo cuidaba fue despedida, sin conocimiento de Rodrigo, no habiéndosele abonada nada, que es lo de menos, pero lo alarmante es que fue amenazada por el círculo íntimo de él, tal como Rodrigo siempre le advirtió que sucedería, tal como él temía por todos, en el caso de sus hijos, que sean secuestrados también y eso no era producto de una mente atribulada.

Rodrigo sabía quiénes lo acosaban y obligaban a que se mantenga en silencio, quienes no colaboraban en su recuperación, al contrario, lo hundían en las sombras de la droga y el alcohol que le facilitaban. Es que Rodrigo Mendoza, el Doctor, el Peronista pura cepa, el intelectual, el verborrágico respaldado por las verdades que colectaba, representaba un peligro para los intereses de muchos personajes de la política actual.

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