El reclamo de una madre que reside en Pampa del Infierno, en el interior chaqueño, llegó a NOVA, alegando que la actual intendente Glenda Seifert, perteneciente a la Unión Cívica Radical, le negaba asistencia para ella y su pequeña hija, quien fue ultrajada sexualmente en la guardería municipal, razón por lo cual además del trauma y el shock que la violación a la menor significa para todos, se suma la negativa de asistencia a esta madre que debe ocuparse de su pequeña, que cursa un cuadro de sífilis, además de todo lo acaecido.
La madre de la pequeña denuncia que la dejaba en la guardería, pues ella se desempeñaba en quehaceres domésticos siendo el único sostén económico. El abuso sexual doblemente ultrajante se habría producido en la Guardería Municipal de Pampa del Infierno.
Más allá de los aspectos legales en curso, lo que llama la atención, indigna y transgrede todos los sentidos, es la reacción de la intendente Seifert que le negó asistencia económica para que la niña pueda ser tratada en Resistencia, contención psicológica a la víctima y a la familia y hasta mercaderías, a sabiendas que esta madre se quedaba sin su única fuente de ingresos, producto de tener que estar para su hija.
Un comportamiento como el de Glenda Seifert es condenable, negando los derechos de asistencia sanitaria, legal y económica por el simple hecho que la madre de la niña ultrajada milita para el partido peronista. Sí, así de duro, por no ser de la misma bandería política que ella, la intendente se negó a asistirlas. ¿Tan mal está Seifert, que no es capaz de empatizar con una situación tan monstruosa como acuasiante?
