Interior
Tras el robo de animales

"Necesitamos control con personal capacitado para usar armas", reclamó el director del Complejo Ecológico de Sáenz Peña

Luego de conocerse el asalto al centro de animales en Sáenz Peña, el director del mismo, Jorge García, reclamó por fortalecer el sistema de seguridad del lugar.

Luego de conocerse el asalto al centro de contención y rehabilitación de animales en Sáenz Peña, mediante el cual se sustrajeron dos ciervos que luego fueron encontrados cuando estaban siendo asados, el director del Centro, Jorge García, reclamó por fortalecer el sistema de seguridad del lugar y sostuvo que “estamos desamparados”.

En comunicación con medios, García explicó que el robo se produjo en horas de la medianoche, momento en el que los delincuentes habrían ingresado cortando tres tejidos y alcanzado a los animales mediante caños galvanizados. “Es una metodología que ya usaron, por eso sospechamos de los autores. También los arrastraron por el lugar hasta sus domicilios, dejando rastros más que evidentes”, contó.

El lugar, según precisó el director, cuenta con 150 hectáreas y limita con la Colonia Rivadavia, el barrio Antonio Zafra, el barrio San Cayetano y zonas rurales, donde según planteó “hay familias intrusas dentro que tienen pésimos conceptos y antecedentes delictivos. Estamos rodeados de problemas”.

En ese sentido, señaló que el personal nocturno “es control de vigilancia desarmado”, y explicó que además del cuidado “tienen que dar mamaderas a los bebés ingresantes y estar atentos a los cambios de temperatura donde están los animales en proceso de recuperación”, frente a lo cual, planteó que “necesitamos otro tipo de control, o con personal capacitado para usar armas o, como lo he propuesto, que en el Complejo Ecológico, que es una reserva natural provincial por Ley, haya un destacamento de la Policía Rural”.

“Lo que se está planteando es algo coherente, con trabajo para tres o cuatro personas”, aseguró, y comentó que ocurrido el episodio de los ciervos “a los dos días intentaron ingresar otra vez”. “Por semana, abortamos uno o dos intentos de ingreso, y hasta ahora tuvimos suerte de que no asesinaron a ningún empleado”, concluyó.

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