Estaba indignado por qué la última vez que vino a estas tierras chaqueñas era por qué estaba invitado a un azadazo que se hacía en San... San... No se acuerda, pero nos dijo "unos amigos del Zorro"... Nos sitiaron y se tuvo que conformar con un sandwichito duro y seco de una YPF.

En otro orden de charla nos contó que venía caminando distraído, mientras cruza sus pasos con una rubia infernal bajando se de una camioneta personalizada, pero eso no era lo importante, Martín quedó prendado de su "delantera" y cuál bobo la siguió hasta un edificio coqueto vidriado del microcentro. Le dijeron que si ese mujerón fuera yegua, tendría las ancas marcadas con la Z.

Por último y para apapacharlo por el asado trunco fue con amigos a una casa deslumbrante a todo dar con una pileta única y un césped que Martin quedó extasiado.

Aún más cuando le dijeron, por lo bajo que la casa le pertenece a una concejal de la UCR que pocos años atrás vivìa hacinada con su madre en un barrio de la periferia de Resistencia.

Martín tras finalizar su visita al Chaco, queda siempre sorprendido. No es para menos…