El acordeón es el instrumento que lo conecta con el mundo, donde plasma su arte y su sentir desde la infancia. El chamamé y el rasguido doble han sido su punto de despegue para descubrir un universo donde sus músicas se van vistiendo de otros lenguajes y abordan desde lo profundo de su expresividad géneros como el jazz, el tango y las músicas del mundo. Hablamos del acordeonista y compositor, Lucas Monzón, nacido en Charata (Chaco), el 2 de marzo de 1984, aunque su niñez transcurrió en la vecina localidad de Hermoso Campo.
“Aprendí el chamamé escuchando este tipo de formaciones. En el fondo siempre tenía ganas de armar un cuarteto. Sucede que lleva tiempo, no es fácil, cuesta. Hay que armar los arreglos, coordinar, armar las voces y disponer de tiempo para trabajar juntos más allá de los proyectos que lleva adelante cada uno de los integrantes”, cuenta como experiencia de los kilómetros y años recorridos en la música.
A la edad de 4 años comenzó a ejecutar el acordeón de dos hileras guiado por su padre Alfredo, un “simple” músico aficionado. Dos años después, realizó su primera presentación en Hermoso Campo. En 1996, formó su primer conjunto con el que recorre el Chaco y provincias vecinas.
En 1998, recuerda que grabó su primer disco: “Verde profundo”, acompañado de su padre Alfredo, Germán Kalber, Diego Brandán, Aníbal Ramírez, Dany Martínez y Mario Prieto Linares. Etapa en la que participó activamente de certámenes de nuevos valores como el “Pre Cosquín” y el “Pre Baradero”. Posteriormente, comenzó sus estudios de piano y lectura musical, a la vez que se perfeccionó en el instrumento con el maestro Tilo Escobar.
En 2005, se radicó en Resistencia y, en ese mismo año, se presentó por primera vez en el “Festival de Cosquín”, acompañado al cantante José Aranda. Paralelamente, realizó presentaciones con jóvenes artistas chaqueños como Coqui Ortíz, Marcos Monsalvo, Emanuel Alvares y Sebastián Ibarra.
En 2011, fue convocado por el “Grupo Amandaye”, el que integró durante dos años, grabando en 2012 el disco “Pasión Correntina”. Con el grupo, tuvo la oportunidad de realizar su primera gira internacional por ciudades de Estados Unidos. En 2012, formó su trío, con el que se presenta hasta la actualidad, acompañado de Mariano Parrilla y Aníbal Miño. Con esta formación, grabó su segunda placa, titulada “Noctámbulo”, editado en 2013. Pero su discografía se completa en 2018, con “Franco”.
Con tres producciones discográficas editadas bajo el sello discográfico “Los Años Luz“, se ha ganado el reconocimiento de la prensa especializada como Página 12, Billboard.Ar y Diario Clarín. Su disco “Franco” fue considerado dentro de los destacados discos del año 2018 por la Red de Periodistas de Música de Iberoamérica, entre otros.
Destacándose como “cesionista”, Monzón ha compartido escenarios y grabaciones con celebrados artistas como Hermeto Pascoal, Raúl Barboza, Luiz Carlos Borges, Cecilia Pahl, Rudi y Nini Flores, Néstor Basurto, Carlos Negro Aguirre y Willy González, por citar algunos.
En la faz autoral, llevan su forma obras como “Piguen Noralta”, “Requiem para los árboles”, “Hasta el cielo de tu piel”, “Tacuarita”, “Noctámbulo”, y “Aurora”, por citar algunas.
Con sus composiciones, el artista honra las raíces del chamamé y las une con ritmos de distintas partes del mundo en una búsqueda de nuevos sonidos en el universo litoraleño. Algunos repertorios que interpretó en diversas presentaciones, abordan obras propias y la interpretación de músicas de compositores destacados del litoral argentino como Roque Librado González, Carlos Aguirre, Fermín Fierro, Patricio Hermosillo y Alejandro Manzoni. En la canción “Así es Formosa”, por ejemplo, de Fermín Fierro, con arreglos de Nini Flores, el artista rinde un homenaje al legado del acordeonista correntino.
Ha recorrido las salas más emblemáticas de Argentina como el Centro Cultural Kirchner, la Usina del Arte, el Ce.Cu.Al, Cocina de Culturas, Teatro Vera de Corrientes, Teatro San Martín, CC Konex y ha sido seleccionado en showcases como en FIFBA 2015, MICA 2017, BAFIM 2017, entre otras.
Una vez que Monzón emprendió el “viaje musical” con un cuarteto, junto a Leo Rodríguez, Julio Romero y Leonardo Luque, destacó: "Nosotros queremos tocar para el público chamamecero. Apuntamos a ese público y ahí ellos mandan. Buscamos que la música suene de la mejor manera posible. Queremos mostrar como sonaban los cuartetos con colores nuevos. También queremos que a la gente le guste y disfrute de este repertorio. Nuestra idea es divertirnos con los chamameceros”.
Finalmente, recuerda: “El chamamé y yo prácticamente vinimos juntos en la vida. La música del litoral es el primer lenguaje que aprendí desde muy chiquito, esto es lo que siento y por eso siempre vuelvo a la fuente. Cuando estoy con mi proyecto podía salir por otro andarivel, buscando otros lugares y sin embargo el deseo de volver a la fuente está presente. A nosotros nos hace profundamente feliz tocar esta música porque podemos emular lo que a nosotros también nos hizo felices desde niño. Es una sensación inexplicable, gigante, hermosa. La música en vivo es un momento único, ese momento no se repite nunca más. Vos podes tener un disco en tu casa y escucharlo, pero la música en vivo es sumamente importante”.