Los trapitos, otro peligro más y en crecimiento en Resistencia
Hace años, la ciudad de Resistencia impávida ve como proliferan los llamados “trapitos”, jóvenes entre adolescentes y adultos, de ambos sexos, que deambulan en los cruces de las avenidas más importantes, en calles céntricas, pidiendo “una moneda” para subsistir.
Cuando se desató la pandemia, surgía la pregunta de quién se haría cargo de ellos a nivel sanitario, en una situación única como una pandemia global. Además, siempre fue tema de discusión la inseguridad que trae aparejada la presencia de estas personas, porque si, son personas, en situación de calle, abandonados de todo, sin lugar para vivir, transcurrir, y hasta criar hijos. Lo cierto es que se ven jóvenes deambulando con sus bebés colgados del pecho, bajo rayos del sol, y los infantes también sin cuidado alguno.
En los últimos días, se vienen dando situaciones más que peligrosas y violentas en los cruces de las concurridas avenidas 25 de Mayo y Avalos, frente a la División Limpieza dependiente de la comuna capitalina, con un grupo “estable” de muchachos que hostigan a los vehículos que paran por el semáforo. Los conductores, para sacárselos de encima y que no les hagan daño a sus autos, les dan algo de dinero, con el que compran cerveza y, hasta sustancias problemáticas para consumir.
Vecinos de las inmediaciones, que son atemorizados por ellos, se cansan de llamar a la línea 102 por los bebes y las mamás, la explotación de menores, y atinaron a llamar a la Policía, quien les respondió que “si no estaban provocando disturbios, nada podría hacer”. ¿La municipalidad, el ministerio de Desarrollo Social, o autoridades relacionadas a la Niñez nada pueden hacer?
Este martes, en tanto, si concurrieron efectivos policiales y encontraron personas alcoholizadas y restos de consumo de sustancias problemáticas, como se mencionó anteriormente. De una vez por todas, por el bien de todos, debería disponerse para que los “trapitos” puedan tener un lugar para estar, aprendan algún oficio, los niños no deambulen por la calle limosneando y corriendo serios riesgos, siendo además sujetos de explotación de sus propios padres, pero pedir eso en la capital del Chaco, es más que una utopía…
