Lo que faltaba: un acto en la cuarentena que reventó todo
Desde que Alberto Fernández firmó los decretos de necesidad y urgencia que paralizaron prácticamente al país, el mensaje común de toda la dirigencia política fue relacionado a la imperiosa necesidad de que la población se quede en sus hogares para poder combatir de la mejor manera al coronavirus (Covid-19). A pesar de las dificultades económicas que generó el aislamiento preventivo obligatorio en toda la ciudadanía, la medida fue aceptada por la mayoría que se encuentra comprometida con cumplir con los protocolos de prevención para evitar la propagación de este virus.
Lo que resulta inentendible es la actitud del gobernador Jorge Capitanich de llevar adelante un acto conmemorativo tras cumplirse un nuevo aniversario del inicio de la fatídica y nefasta dictadura militar que tanto daño produjo a los argentinos. No porque el motivo no lo merezca, sino por ir en contra de todo lo que se viene diciendo en las últimas semanas que resultan imprescindibles para darle lucha al coronavirus. Así como también por quedar totalmente a contramano del discurso del propio presidente de la Nación que no se cansa de salir en todos los medios de comunicación para pedirle a la población que se quede dentro de sus hogares.
¿Con qué cara ahora Capitanich seguirá pidiéndole a esa gente, que se está muriendo de hambre por no salir a trabajar, que se quede en la casa? A todas esas personas que viven del día a día con sus changas o trabajando de manera precarizada, inclusive, dentro del Gobierno del Pueblo del Chaco.
Realmente es increíble que el gobernador chaqueño no haya tenido en cuenta semejante detalle, siendo él una persona muy conectada con las últimas tecnologías y que las podría haber utilizado para hacer un merecido reconocimiento por medio de una videoconferencia con solamente imágenes en vivo del remodelado monumento a los caídos durante la dictadura militar en Margarita Belén.
Lógicamente lo responsabilizamos únicamente a él, el capitán de un barco que se está yendo a la guerra en total soledad. Porque realmente no extraña que los ministros, subsecretarios y asesores en comunicación que lo acompañan hagan agua como lo están haciendo durante esta crisis.
Y esto queda plasmado en el pésimo tratamiento comunicacional que está teniendo en la actualidad esta pandemia, con conferencias de prensa apresuradas y totalmente descoordinadas con los anuncios nacionales, en las que se anuncian casos positivos y muertes que a las pocas horas quedan desactualizadas. Desde que se descentralizó del Instituto Malbrán de Buenos Aires el sistema de confirmación de muestras para Covid-19, esta descoordinación se acentuó aún más, por lo que en varias oportunidades la ministra de Salud, Paola Benítez, ha quedado en off-side anunciando los resultados positivos en el Chaco y a los pocos minutos las autoridades nacionales corrigieron sus datos. Algo que en la era de la inmediatez que brinda la tecnología es incomprensible.
Poco antes de su asunción muchos ponían en duda la capacidad política del gabinete anunciado por el gobernador. Pero lamentablemente los peores miedos de Capitanich quedaron al descubierto a los pocos meses con esta preocupante crisis, ya que se encuentra peleando, muy solo, contra molinos de viento y este enemigo invisible que se llama coronavirus. Seguramente cuando pase el tiempo el mandatario chaqueño pateará el tablero y reconfigurará su gabinete por personas menos inútiles y que lo acompañen realmente en esta importante cruzada que se convertirá gobernar el Chaco post crisis sanitaria y financiera.
