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Legislatura caliente: ¿A río revuelto ganancia para el radicalismo?

Regalito increíble: Carim Peche y el "Zorro" Leandro Zdero se relamen con la posibilidad de quedarse con la Legislatura producto de la interna peronista. (Dibujo: NOVA)

Pasadas las elecciones y con todos los candidatos electos con sus diplomas en la mano, solo resta saber cuáles serán las nuevas autoridades de la Cámara de Diputados del Chaco. Muchos dan como garantizada la continuidad de Elida Cuesta al frente de dicho poder del Estado, algo que de por sí es casi un hecho, pero desde otros sectores no descartan la posibilidad de que haya una sorpresa como ya pasó décadas atrás.

Más que nada por la gran diversidad política existente hoy en el recinto de sesiones, con varios minibloques que pasarán a convertirse en juez y jurado de todas las leyes importantes que se deberán aprobar en la provincia en tiempos de dura crisis.

El gobernador electo Jorge Capitanich no tendrá una parada fácil durante los próximos años de gestión y necesitará, casi de manera indispensable, contar con el apoyo incondicional de la Legislatura para poder obtener importantísimas leyes que le faciliten la gobernabilidad luego de la situación económica crítica post era Mauricio Macri.

Y esto no será fácil de conseguir, ya que el Frente Chaqueño, sector leal a Coqui, solo cuenta con 12 diputados y dependerá de acuerdos con distintos sectores para poder lograr la aprobación de cualquier iniciativa legislativa o para obtener la presidencia del cuerpo en la sesión preparatoria del próximo martes 26 de noviembre. Aquí es donde empiezan a jugar los demás sectores políticos que buscarán aliarse para imponer otras autoridades o para negociar un untuoso acuerdo con Capitanich que deje contentos a todos.

Tras las últimas elecciones, la Corriente de Expresión Renovada logró constituir un molesto minibloque conformado por Elida Cuesta, Andrea Charole, María Elena Vargas, Nadia García, Liliana Spoljaric y el acompañamiento de Juan José Bergia del NePar. Además, se habla de una alianza estratégica con el Frente Integrador de Juan Carlos Bacileff Ivanoff, y sus dos diputados (Jaime Parra Moreno y Clara Pérez Otazú). Con estos ocho legisladores este sector se constituye como juez y jurado para definir al nuevo presidente, algo que aseguran ya está asegurado para Ely Cuesta que renovará nuevamente la presidencia con el acompañamiento de los 11 diputados del radicalismo que se encuentra en pleno proceso de reconstrucción tras la paliza electoral recibida en el 2019.

Con este escenario, el radicalismo comienza a relamerse los labios con la interna justicialista que pone en duda la definición para la presidencia de la Cámara de Diputados. Si bien Hugo Sager era número puesto para ese cargo, la derrota sufrida el pasado 13 de octubre en Puerto Tirol y los palitos en la rueda puestos por Claudia Panzardi, hicieron el caldo gordo para que el gustavismo, que obtuvo un gran triunfo en Resistencia y salió nuevamente a flote, vaya por la renovación de Cuesta y por el poder que otorga este tan importante lugar. Lógicamente también avivó las esperanzas de un radicalismo que se había quedado sin nada y que ve, aunque sea con remotas chances, de quedarse con la presidencia de la Legislatura el próximo martes.

Carim Peche, Livio Gutiérrez y hasta Leandro Zdero saben que tiene una oportunidad única para negociar algo gran a cambio del apoyo radical para definir la presidencia. Esto significa cargos, pases a planta y cupos de contratos que le den tranquilidad durante los próximos dos años para mantener una estructura que se encuentra en peligro tras el revés electoral de este año.

Es por eso que en las últimas semanas se encuentran entablando conversaciones con el coquismo y el gustavismo para lograr el mejor acuerdo posible, lo que le da una ventaja a Cuesta en la carrera, ya que durante los últimos cuatro años su relación con el radicalismo fue excelente. Y en caso de no prosperar esta estrategia, también se encuentra latente la posibilidad de ir de lleno por la presidencia con un legislador tapado que podría jurar el próximo martes.

¿La interna oficialista llegará a tanto como para poner en riesgo el manejo de este importante poder del Estado? Tanto Jorge Capitanich como Gustavo Martínez dejaron bien en claro que están dispuestos a trabajar por la unidad y los consensos dentro del Justicialismo, pero parece que ambos también están dispuestos a llegar a este extremo en esta lucha feroz por el poder que ya lleva nueves meses y regalarían la presidencia de la Cámara de Diputados al radicalismo, algo que se constituiría en el máximo regalo político de la historia chaqueña.

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