Inmerso en una crisis partidaria y con un contexto económico muy complicado, Capitanich asume la Gobernación
A diferencia del 2007 cuando el peronismo unido retornó al gobierno provincial de la mano de Jorge Capitanich tras 12 años de supremacía radical, este 2019 se encuentra muy distante e inmerso en una profunda crisis política interna que se encuentra cerca del estallido. En los próximos días el intendente saliente de Resistencia asumirá el poder absoluto de la provincia luego de cuatro años de polémica conducción de Domingo Peppo que incluyó escándalos por corrupción, crisis económica y feroces cruces internos que provocaron heridas que están lejos de cerrarse.
Y el fiel reflejo de todo esto es el escandaloso proceso de transición vivido en la Cámara de Diputados del Chaco, en donde aún sigue caliente la dura disputa por la presidencia que hace menos de 10 días generó un punto de quiebre en la relación de dos importantes fuerzas política dentro del peronismo chaqueño. Por medio de traiciones, aprietes e importantes acuerdos de última hora, Hugo Sager logró recuperar la Presidencia de la Legislatura chaqueña tras cuatro años de una gran gestión de la primera dama de la Corriente de Expresión Renovada (CER), Élida Cuesta. Aunque desde distintos sectores del peronismo acusen de que se llevaron adelante operativos de retirada de última hora, algo que no sería así ya que en la lista de beneficiados habría trabajadores de planta de la Casa de la Democracia y dirigentes de todos los diputados que conforman la Legislatura.
Con el importante apoyo desde la Legislatura, Capitanich comenzará su tercer mandato al frente de la gobernación inmerso en un difícil panorama repleto de complejidades inmediatas que deberá resolver, como por ejemplo la factibilidad presupuestaria para cumplir con los compromisos salariales para el pago del medio aguinaldo y los sueldos de enero y febrero. Hasta las últimas horas del 10 de diciembre el gobernador saliente estará firmando resoluciones y decretos que continuarán vaciando la billetera provincial, algo que, si bien será rápidamente neutralizado por Coqui, generará inconvenientes importantes. Además, se tendrá que resolver cuestiones inmediatas como la asistencia alimentaria de los sectores vulnerables para las fiestas de fin de año, una bomba de tiempo que, si no se detona rápidamente, generaría una crisis social con los distintos movimientos que ya se encuentran avanzando con sus protestas por toda la capital chaqueña.
El CER y Gustavito listos para la guerra
El que también se prepara para asumir su flamante cargo de intendente de Resistencia y que ya amenazó con luchas cuerpo a cuerpo contra el coquismo si había persecución política, es Gustavo Martínez. El líder de la Corriente de Expresión Renovada todavía no hizo pública la conformación de su gabinete que lo acompañará en la capital chaqueña a partir del martes, pero sí se tomó el tiempo para realizar un imponente acto político en el CEF 1 de Resistencia para demostrar poder y amenazar a sus rivales políticos de cara al inicio de gestión. Si bien Gustavito nuevamente pidió la unidad y consenso necesario para sacar a la capital y a la provincia adelante, también solicitó evitar persecuciones políticas y la desactivación de políticas de Estado que se encuentran activas en distintos organismos públicos que hasta hace unos días eran ocupados por hombres y mujeres del CER.
Sin puntualizar y utilizando la gran muñeca política que lo caracteriza, el flamante intendente capitalino dejó picando la pelota y adelantó que esta fuerza política que ganó las elecciones municipales en Resistencia el 10 de noviembre marcarán un hito en la historia política del Chaco. Algo que, sin dudas, se interpreta como que el gustavismo no resignará espacio y continuará disputando espacios de poder con el claro objetivo de ir por todo en el 2023.
