La medida de fuerza extrema se tomó luego de que el Comité Central Confederal se reuniera a fines de diciembre en la sede histórica de la calle Azopardo. La misma se realizó luego de que el Presidente anunciara el decreto de necesidad y urgencia para desregular la economía, el cual fue rechazado por los sectores gremiales al igual que el proyecto de la Ley Ómnibus que se debate en diputados.

Del encuentro participaron referentes de todos los sindicatos, desde los más dialoguistas a los más opositores. Y al final se expuso la decisión adoptada: un paro nacional con movilización para este miércoles que empezará a las 12 del mediodía y concluirá a la medianoche.

Días atrás, el plenario de delegaciones regionales de la CGT ratificó la marcha y dio un respaldo “contundente y unánime a la estrategia y acción” de la cúpula cegetista, lo que representó un apoyo al paro de 12 horas, que, según se resolvió, será replicado en cada una de las provincias con protestas similares.

Durante el encuentro también se expresó “la preocupación y el rechazo a aquellos aspectos de la llamada Ley Ómnibus que van contra la soberanía del país, los derechos laborales, el derecho de libre expresión y protesta, el modelo sindical argentino y las prestaciones de salud y previsionales”.

Además, se manifestó el “repudio a la criminalización de la protesta social como método represivo de un plan de ajuste económico del actual gobierno” y se hizo una advertencia a quienes negocian el DNU y las leyes con la Casa Rosada desde las gobernaciones y las bancas legislativas: “El diálogo y el consenso es una herramienta de la política, pero cualquiera de esas instancias no puede hacerse a espaldas del pueblo trabajador. Y con más razón aquellos representantes que provienen del campo nacional y popular”.