Si bien la pandemia logró que el caso Lavado I pasara casi desapercibido, la condena por los hechos de corrupción en la anterior gestión provincial llegó y marcó un precedente inédito y bochornoso para la política chaqueña. A poco más de tres años de aquel 9 de marzo del 2018 en el que explotó todo, la Justicia dictaminó una pena de prisión efectiva para la mano derecha de Peppo. La persona que cortaba el “bacalao” en Casa de Gobierno y que maneja las arcas provinciales a gusto, con total impunidad y desparpajo.

Poco más de dos años duró el reinado, valga la redundancia, de los Rey-Fernández. Un clan familiar que supo manejar las riendas de la Provincia con total autoritarismo y que planificaba un próspero futuro electoral costeado por el dinero de todos los chaqueños. No hay que olvidar los excesivos gastos en todo tipo de fiestas durante esa administración, como el día del periodista en el Hotel Casino Gala con costosos regalos, como las fastuosas competenciales nacionales de pesca en la Isla del Cerrito, donde literalmente se “tiraba la casa por la ventana” y en donde el ex secretario General de la Gobernación y su cuñado, el ridículamente absuelto, Ismael Fernández, se paseaban en grandes lanchas que luego pasaron a ser la punta del ovillo por el que cayeron tras las pericias de fuerzas federales encomendadas por el fiscal Patricio Sabadini.

De tal magnitud fue la fiesta interminable de Horacito, que la causa logró juntar en los fueros federales y provinciales acusaciones por lavado de activos, asociación ilícita en calidad de jefe de la organización, fraude en perjuicio de la Administración Pública, malversación de caudales públicos (177 hechos en concurso real) cohecho (32 hechos), fraude, fraude agravado por haber sido cometido contra un incapaz, negociaciones incompatibles con la función pública (140 hechos en concurso real) peculado de servicios, abuso de autoridad y violación de los deberes de funcionario público, todo en concurso real. Un papelón que dejó al descubierto la impunidad con la que se manejaron durante esos dos años de gestión.

¿Y el dueño del circo?

Por esas cosas de la vida, como siempre sucede en toda causa pesada en la que se encuentra involucrado un Estado provincial o nacional, el hilo siempre se corta por lo más fino. A pesar de la determinación de la Justicia, al pueblo chaqueño le quedó claro que muchos de los responsables de este alevoso vaciamiento del Fideicomiso de Administración de Pauta Publicitaria Oficial (FAPPO), no recibieron acusación alguna o condena. Siguiendo al pie de la letra la nefasta ley de “obediencia debida”, las máximas autoridades del Gobierno provincial responsabilizaron a sus funcionarios por los hechos de corrupción que quedaron a la vista de todos y siguieron gobernando como si nada hubiera pasado.

Este viernes, mientras Rey y Gustavo Katavich recibían sus condenas por parte del tribunal de la Cámara del Crimen Nº 3 de Resistencia, el ex gobernador Peppo continuaba con su agenda diplomática en Asunción y miraba de reojo el termómetro en el que se convierten habitualmente las redes sociales. Este termómetro que, sin dudas, dejó al descubierto el sentimiento de cada uno de los chaqueños que ni por lejos dejan de responsabilizar al ex mandatario provincial por el desvío de más de 60 millones de pesos del FAPPO.