Panorama Político Chaqueño
Dudas

El ocaso de una opaca gestión que pasó sin penas, ni gloria

Triste realidad. Tras dos años de inseguridades y sin muñeca política, Hugo Sager se quedó sin el pan y sin la torta. (Dibujo: NOVA)

A fines de 2019 se generó una gran revolución cuando por decisión de Jorge Capitanich se ponía fin a la supremacía gustavista en la Cámara de Diputados del Chaco y se designaba a Hugo Sager como nuevo mandamás en dicho poder del estado.

Luego de eso comenzó una austera administración que estuvo caracterizada por una fuerte cacería de brujas y que posteriormente, al igual que el resto del mundo, pasó a depender de los protocolos sanitarios y nueva normalidad en medio de una pandemia de coronavirus que transformó la vida cotidiana.

Cuando por fin el ex jefe comunal de Puerto Tirol pudo acomodarse y comenzar a nadar como pez en un estanque, vinieron las elecciones de medio término y los acuerdos políticos que provocaron el cimbronazo y el desplazamiento del bioquímico para que nuevamente el CER agarre desde el mango la sartén legislativa.

De todas formas, la gestión de Hugo Sager fue la única responsable de esta realidad que la llevó al ocaso anunciado. Durante dos años fueron repetidas las sesiones legislativas que no se pudieron realizar por la falta de consensos y muñeca política para generar el marco necesario con la oposición y tratar vitales iniciativas impulsadas por el propio Ejecutivo provincial.

La repetida falta de quórum o las sesiones candentes en donde el protagonismo lo tenía, nada más y nada menos que la oposición, se constituyeron en las excusas perfectas para que el gobernador y el aliado político, Gustavo Martínez, decidan juntos cambiar el rumbo en la Legislatura chaqueña.

El claro ejemplo de esto, es que el presidente saliente, al que todavía le quedan dos años de gestión, ni siquiera fue seleccionado para continuar al frente del interbloque del Frente de Todos, que quedó en manos de Atlanto Honcheruk.

Y no es casualidad de que Elida Cuesta vuelva a comandar los hilos de la marioneta legislativa, ya que durante sus cuatro años al frente de ese poder del estado logró cumplir con su importante rol y avanzar con la aprobación de los proyectos impulsados por el entonces gobernador Domingo Peppo.

Es evidente que Coqui en los próximos dos años necesitará tranquilidad y por eso confiará en la capacidad de negociación del CER para Todos que estará en las manos de Cuesta, que ya en su primera sesión a cargo, no solo logró que haya quórum, sino que propició la aprobación de la totalidad del temario del día.

De todas formas, la resistencia del núcleo conquista fue intensa antes de la sesión preparatoria de hace dos semanas y continúa igual tras el cierre del año legislativo.

Los supuestos temores de posibles presiones políticas del Gustavismo para avanzar con la aprobación de leyes del Ejecutivo, son los fundamentos que la segunda y tercera línea del coquismo reprocha.

Lo que no saben es que el gobernador tiene contemplado todo y sabe que la actual situación en la que se encuentra el peronismo chaqueño no permitirá que el intendente capitalino se anime a romper los acuerdos políticos y poder en riesgo el suministro de fondos provinciales que podrían poner en peligro su gestión en Resistencia. Si Martínez quiere lograr una posible reelección en 2023, lo tendrá que hacer de la mano de Capitanich y por medio de un trabajo conjunto.

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