Panorama Político Chaqueño
La política semanal

Duras críticas al impuestazo y más palos en la rueda para Gustavito

Palo y palo. Gustavo Martínez se encuentra en medio de una tormenta por el impuestazo y es víctima de operetas de todo tipo. (Dibujo: NOVA)

En medio de los festejos por un nuevo aniversario de Resistencia y sumergido en una dura interna política partidaria que no tiene fin, el intendente capitalino Gustavo Martínez continúa siendo el centro de todas las críticas por el impuestazo implementado a partir del 1 de enero. Con marchas, banderazos y operetas mediáticas que se repiten a lo largo de las semanas, el líder de la Corriente de Expresión Renovada (CER) se encuentra esquivando balas desde que asumió su flamante cargo como jefe comunal. La cacería de brujas a los gustavistas, que se inició el 10 de diciembre en todas las dependencias estatales, parece haberse trasladado a la contienda política provincial, donde solamente se estarían viendo beneficiados los intendentes “amigos” del gobernador.

Los tratos preferenciales comenzaron ya en diciembre, cuando por medio de un decreto el Ejecutivo provincial concedió adelantos de fondos de coparticipación a una larga lista de municipios para subsanar desequilibrios financieros del último mes. Todos los municipios, excepto Resistencia, recibieron auxilio por parte de Jorge Capitanich por más de 110 millones de pesos. Varias de esas localidades fueron beneficiadas con un nuevo adelanto de coparticipación, entre los que se destacaban Fontana, con 6 millones de pesos; Machagai, con 5; y Barranqueras y Castelli con 4 millones de pesos cada uno.

Pero esto no es todo, ya que el 23 de diciembre Fontana recibió nuevamente 8 millones de pesos no reintegrables, Barranqueras 7, Machagai y Castelli, 4 cada uno. Y ese mismo día les asignó 4 millones de pesos en concepto de adelanto de coparticipación a Barranqueras y Castelli; 1,5 a Machagai, y 1 a Fontana.

En fin, como sucedía en antiguos tiempos de política coquista solamente se vieron beneficiados los intendentes amigos del poder y esto desató la furia y la ira de Gustavo Martínez que se encuentra remando en un mar de dulce de leche en plena crisis.

Lógicamente esta bronca fue trasladada a la realidad política provincial y comenzaron los cruces. El intendente de Resistencia participó del acuerdo voluntario propuesto por el gobernador para la división de la provincia en 10 regiones para que el Gobierno pueda instruir a los municipios y proveer de herramientas para optimizar la gestión de recursos. Capitanich pretende lograr con esto el incremento de la recaudación de los municipios ante la decisión de la Provincia de no auxiliarlos financieramente, si no hay un compromiso de devolución de los fondos.

El intendente de Resistencia desde un principio se expresó en contra de este nuevo plan, argumentando su negativa a que la Provincia transfiera responsabilidades a los municipios en materia de educación, seguridad, justicia, salud, entre otros. Esto seguramente se trasladará a la Legislatura provincial a partir del 1 de marzo cuando en su discurso inaugural el gobernador pida a los legisladores la aprobación por ley, algo que seguramente el gustavismo entorpecerá con el acompañamiento del radicalismo. Así que como viene sucediendo a lo largo de la historia chaqueña, el recinto de Brown 520 continuará constituyéndose en el ring de la disputa política del Chaco.

Más palos en la rueda para Martínez

Justo en medio de la tormenta, el diputado provincial y leal seguidor de Capitanich, Juan Manuel Pedrini, presentó el proyecto de Ley 96/20, que pretende la creación del Fondo de Consolidación y Recupero de Acreencias Extratributarias.

El presidente del bloque de diputados del Frente Chaqueño, Juan Manuel Pedrini, vocero del gobernador Jorge Capitanich en la Legislatura, presentó un proyecto de ley para la creación del Fondo de Consolidación y Recupero de Acreencias Extratributarias, dependiente de la Administración Tributaria Provincial (ATP), que estaría dedicado al cobro de deudas no tributarias por cuenta del Gobierno provincial, entes oficiales autárquicos y descentralizados, y empresas estatales. Este proyecto hizo un ruido enorme dentro de las filas gustavistas porque además permite que este nuevo organismo esté facultado para llevar adelante las cobranzas de los impuestos municipales de las comunas.

El objetivo encubierto de este proyecto sería tomar el control de parte de las cuentas de los Municipios con el objetivo de mejorar la recaudación, siempre utilizando la vieja excusa del bajo nivel de contribuyentes que tienen los municipios de segunda y tercera categoría. Esta no sería más que una nueva herramienta para condicionar la gestión municipal de Martínez en resistencia para tenerlo atado a las exigencias del gobernador y en la palma de la mano.

Sin dudas este será otro de los temas de conflicto en la Cámara de Diputados que no tendrá un primer semestre del año tranquilo y en donde, seguramente, se sacarán los ojos para lograr la aprobación de leyes que vaya enviando el Ejecutivo.

Habrá que ver si Capitanich seguirá dándole el protagonismo que Hugo Sager tiene en la actualidad, sentándolo a su derecha en todas las actividades oficiales importantes, aun cuando comiencen a surgir los primeros inconvenientes en la Legislatura. Las negociaciones con un bloque justicialista fracturado no serán nada fáciles, más teniendo en cuenta la gran afinidad que tiene el minibloque del CER, liderado por Elida Cuesta, con el radicalismo. Tampoco hay que descartar que el Frente Integrador haga sus propios arreglos y no siempre jueguen a favor del oficialismo. Todo pueda pasar en la Cámara de Diputados y sin dudas será un año para alquilar balcones y disfrutar de una novela política que no tendrá desperdicios.

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