¿De trabajar ni hablar? Sin despeinarse, los legisladores seguirán los pasos del "gabinete de oficina"
El cuerpo legislativo de la provincia refrendó una decisión cuanto menos curiosa, ya que los integrantes de la Cámara de Diputados de la provincia del Chaco definieron encontrarse en el recinto de sesiones “Deolindo Felipe Bittel” cada dos semanas, algo que no se realizó por medio de un proyecto de ley, y solo lo oficializaron mediante una resolución interna.
A partir de ahora, los diputados parecen restarle importancia al debate de proyectos de leyes de interés para los chaqueños, y mientras los senadores nacionales se aumentan el sueldo, los legisladores optaron por reducir las cargas laborales. Según establece el artículo 1 de la Resolución 686, se definió “fijar que las sesiones ordinarias se celebrarán los días miércoles a la hora 14:00 quincenalmente, dando cumplimiento a lo establecido en el punto 26 de la resolución 828/01 – Reglamento Interno de la Cámara de Diputados”.
En este contexto, el documento lleva la firma de la titular de la Legislatura, Carmen Delgado, y muestra una “línea de trabajo” con la “ley del menor esfuerzo” que toma como bandera el “gabinete de oficina” encabezado por Leandro Zdero. Claramente, la resolución generó controversias entre los legisladores de los diferentes bloques, aunque sólo dos marcaron su oposición no firmando el acta y, justamente, ambos pertenecen al espacio oficialista: Samuel Vargas y Carlos Salom.
¿Llama la atención? No tanto, producto de que en Juntos por el Cambio lo que menos reinaría es la unidad, y Salom sería uno de los que hace rato bajó la bandera y se distanció del espacio político, ya que una disputa con el intendente de Resistencia Roy Nikisch habría generado una gran controversia.
Sucede que a algunos pasillos de la Municipalidad capitalina se le habría “chispoteado” una discusión que mantuvieron el jefe comunal de Resistencia y el actual diputado provincial, producto de la definición del despido de 432 trabajadores municipales que fueron pasados a planta en las últimas semanas de gestión de Gustavo Martínez al frente de la comuna, decisión que habría disgustado a más de uno en el radicalismo.
Y ¿por qué? Porque a varios integrantes de Juntos por el Cambio le habría caído mal el despido de esos trabajadores; ya que, más allá de lo que significarían los ingresos para las familias, sería por una cuestión política de trasfondo, que responde a que aproximadamente 80 de esos 432 despedidos, serían del seno radical, que lograron el pase a planta por un “enroque político”, acordado entre algunos actores de Juntos por el Cambio con referentes de la Corriente de Expresión Renovada (CER).
Menos de seis meses de gestión le bastaron a los radicales para empezar a tener cortocircuitos internos, en un ambiente político enrarecido en la provincia ante la falta de referentes del otro lado de la vereda; lo que hace que el panorama de cara a las Legislativas del 2025 sea totalmente incierto, con mucho trabajo para todos por delante y con actores que deberán empezar a medirse los pantalones para poder aspirar a tener fuerza en las urnas.