La suspensión de la presencialidad escolar en 23 ciudades del Chaco se constituirá en uno de los principales focos de incendio durante los próximos catorce días, ya que el malestar de los padres podrá jugar muy en contra a la hora de emitir sus votos en las elecciones programadas para este año y que todavía están en suspenso.

A esto se tendrá que sumar el descontento de un sector gastronómico que nuevamente pasó a ser el más afectado con las nuevas restricciones, ya que si bien el cierre total estará vigente a partir de las 24, las complicaciones que tendrán los clientes para circular luego de la alarma sanitaria de las 22, seguramente, jugarán en contra.

En los pasillos de Casa de Gobierno allegados al gobernador aseguraban este viernes que se barajaba la posibilidad de que el Chaco continuará con las medidas implementadas la semana pasada, sin adherir a los anuncios de Fernández de este jueves.

Pero sin dudas la presión política nacional obligó a Capitanich a cambiar de opinión y avanzar con un nuevo instrumento provincial que imite, en gran parte, al Decreto N°241/21 emitido por el Ejecutivo nacional.

A lo mejor este fue el motivo por el cual se notó dubitativo y hasta un poco confuso al gobernador chaqueño durante la conferencia de prensa de este sábado, que si bien resaltó la adhesión del Chaco a las medidas que afectan directamente al Área Metropolitana de Buenos Aires, no brindó mayores detalles de cómo van a ser las restricciones en las escuelas de localidades provinciales con mayor riesgo epidemiológico.

El discurso del mandatario estuvo centrado en la amenaza de un posible colapso sanitario en la provincia, por lo que explicó que estas medidas adoptadas buscan mitigar la circulación de personas con una administración inteligente de las restricciones y nuevos métodos de control durante esta nueva etapa de la pandemia.

Es por todo esto que Capitanich intentó excusarse resaltando el notorio cansancio de la población con las medidas restrictivas y el agotamiento que tienen los trabajadores de la salud y de las fuerzas de seguridad.

Ahora bien, habrá que ver hasta cuando la población podrá aguantar estas nuevas limitaciones en las actividades y si las mismas serán respetadas para lograr buenos resultados.

El cuadro económico, fiscal y social en el Chaco es extremadamente grave y afecta directamente al ánimo colectivo de la ciudadanía, por lo que las restricciones anunciadas por Coqui y Alberto, sin dudas, tendrán un alto impacto social que generarán malestar y una disconformidad que podría ser peligrosa si el electorado llega a ir a las urnas en el segundo semestre del año.

Obviamente, no pudieron faltar los palos para una oposición a la que el gobernador chaqueño consideró oportunista y que tienen como único fin responder a distintos grupos de intereses que pretenden hostigar la gestión presidencial para lograr réditos electorales.

La bandera del montenegrino sigue siendo la misma de la de Alberto: el plan nacional de vacunación equitativo al que consideran como la principal herramienta para que las medidas sanitarias logren reducir los contagios de Covid-19 y se pueda superar esta pandemia. Hasta se animó a hablar de épicas epopeyas para convertir al Chaco en un ejemplo nacional de lucha contra el coronavirus para poder reducir las distintas restricciones, cargado de emotividad a un discurso que tuvo confusiones, incertidumbres y que evidenció que el único objetivo de Jorge Milton Capitanich fue salir a respaldar políticamente al Presidente de la Nación, que se encuentra entablando un dura batalla contra la oposición que busca desestabilizarlo.