Panorama Político Chaqueño
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Con la suba de los impuestos, Gustavito afronta su primer incendio como intendente de Resistencia

En alerta: desde el inicio de su gestión como intendente de Resistencia Gustavo Martínez viene siendo hostigado por distintos sectores. (Dibujo: NOVA)

A poco más de un mes de haber asumido como intendente de Resistencia, Gustavo Martínez tomó la decisión ejecutiva de aumentar ampliamente las tarifas de los impuestos municipales y esto generó un malestar generalizado entre los vecinos. La reacción de distintos sectores fue contundente y muy agresiva, por lo que se encendieron la alarmas en la sede municipal de avenida Italia 150.

A medida que comenzaron a llegar a los domicilios las boletas de pago anual de tasas y servicios, impuesto inmobiliario y las patentes de automóviles, distintos grupos de vecinos autoconvocados coparon las veredas del municipio e iniciaron una intensa campaña en redes sociales que cosechó una gran cantidad de seguidores. Rápidamente el gabinete gustavista salió a contrarrestar la movida y con el aparato mediático que tiene a disposición buscó minimizar los daños sufridos en el inicio de la gestión.

Esta suba de impuestos era algo inevitable teniendo en cuenta los tiempos de crisis en los que se encuentra la capital chaqueña y el país. Con compromisos asumidos por la anterior gestión y con el pago de salarios como principal prioridad, a Gustavo no le quedaba otra. Esta medida ya venía siendo retardada por el propio Jorge Capitanich que no quería asumir el costo político de tan tremenda suba de impuestos en pleno año electoral. A lo que también se le sumaban los vencimientos de distintos endeudamientos tomados por la ciudad añora atrás. Para poder llevar adelante una gestión medianamente sobria, el jefe comunal capitalino debe garantizar primero que nada el pago de los salarios a los trabajadores municipales y luego mantener en marcha la normal prestación de los servicios básicos para los vecinos.

El gran problema es que además, Martínez necesita mantener activa su gran estructura política y esto, sin dudas, significa un gran presupuesto. No se pueden ejecutar cuadras de pavimento en la ciudad y al mismo tiempo una gran cantidad de programas deportivos, culturales y políticos con el sensible presupuesto municipal. Por eso además de aumentar la recaudación fiscal se tendrá que lograr la aprobación de nuevo endeudamiento para tener dinero fresco para todo.

Sin dudas para marzo ya se tendrá un panorama más certero de cómo será la relación entre el intendente de Resistencia y el gobernador de la provincia. Habrá que ver si el traspaso de fondos frescos será fluido o si lo que se vivió el año pasado con la dura interna del peronismo chaqueño continúa vigente. La tranquilidad de los vecinos de la capital depende de eso, ya que si desde la provincia cierran los grifos financieros para ahogar a Martínez, esto repercutirá duramente en una Cámara de Diputados del Chaco que es una caldera a punto de explotar.

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