Un nuevo caso de total abandonó llega a NOVA, y en esta oportunidad de la mano de Julia Lucena, quien es una abuela más que comprometida, preocupada y ocupada, pero que la vida le dio el peor golpe que una mamá puede padecer, la muerte de su hija en 2010, a causa de HIV. Fue una madre comprometida, ya que siempre llevaba a su hija a controles e internaciones, cada 15 días o menos ante la delicada salud de su hija.
En julio del 2008 nace Bruno, nieto de Julia, por cesárea, pero de todos modos también con la afección de HIV, no fue amamantado, durante un año, Bruno requirió alimentación especial y controles.
NOVA pudo saber que ante esto, Julia debía dividirse para atender a su hija y a su nieto. Desde agosto del 2010, Julia hasta recuerda la hora en el que su hija dio su último suspiro, quedaron solos, ella y Bruno. Una gran responsabilidad tenía Julia con un pequeño de 2 años, que acababa de quedarse sin su mamá. No había tiempo para que Lucena guarde luto por su hija, Brunito la necesitaba.
Ante condiciones económicas escasas, Julia con el dolor inconmensurable de la muerte de su hija, a cuestas también tenía los cuidados del bebé con una salud frágil. Julia y Bruno residen en una vivienda muy precaria en Juan José Castelli, donde Julia se crió en el campo y desde que formó familia, ella pidió a todos los Gobiernos de turno la posibilidad de una vivienda. Mantiene el mismo pedido, aún más, tras quedarse a cargo de su nieto, porque a Bruno lo atienden en Resistencia, a 261 kilómetros de su hogar.
Por mencionar uno de los obstáculos que debe sortear Lucena con su nieto, tienen cita de control de la enfermedad de Bruno, el 18 octubre, y como siempre, no saben si van a poder cumplir con la misma ya que dependen de que la ambulancia de traslados, perteneciente al hospital Centenario de Juan José Castelli, esté disponible, tenga combustible y puedan realizar así el viaje.
Siendo cruciales los 261 kilómetros de distancia, Julia comentó a NOVA que “si le dan la oportunidad de adjudicarle una vivienda en la ciudad de Resistencia, así sea cargándolo en su espalda, llevará a su nieto a los controles del hospital Perrando”, donde Julia destacó “la excelencia de los profesionales, quienes atienden a Bruno de toda su vida”.
El adolescente de 13 años debe tomar medicación de por vida y los controles no pueden saltearse, es por eso que Julia, fervientemente pide al gobernador Jorge Capitanich que la reciba y le brinde la posibilidad de esa vivienda que ella viene pidiendo hace tantos años, ahora más que nunca, ya que ella a sus 60 años está al frente responsablemente de la vida de Bruno.
