Atilio en el limbo: entre Perón, la fe, mujeres y whiskies anda por los bares de la Ciudad resolviendo de qué lado estar
El contador Atilio Omar Velázquez, reconocido referente del peronismo, al frente de Proyecto Sur en 2012 cuando estuvo a cargo de la presidencia del Insssep y que aun esta gestión tiene que levantar "los muertos" que dejó, quiere ser un caudillo peronista y reclamar más y más espacio y declararse “no sentirse representado” por los mandatarios que “eligen” desde el partido al que pertenece, y que no puede figurar... Pues, ¿quién querría tener entre sus filas a una persona con una tendencia al alcohol y el juego tan marcados y obvios? Mas los "adornos" que estos dos malos hábitos traen consigo: mujeres y derroche de dinero.
En sus redes se muestra como un padre de familia, abuelo, esposo. Un hombre de fe y exhibe una fotografía con el Papa, viaje que consiguió “gracias a la política” y la “plata del pueblo”. Sin embargo también usa sus redes para “presionar” con denuncias que son sólo “títulos” porque no aporta pruebas. Hoy se pone del otro lado de la vereda del Gobierno, es que por allí no puede “llegar”. Su buen tino, si alguna vez lo tuvo, lo perdió y ya no tiene “espalda” para estar en el lado de los que gobiernan.
Pero sus andanzas y “mañas” son parte del folklore local. Las "curdas" de este buen hombre que comenzaban en los bares de la calle Güemes -en los primeros números- y finalizaban el La Biela con botellas de whisky en su haber, varias, empezaba con su avanzar canallesco a cuanta señorita tenía el infortunio de cruzarse en su errático camino o cruzar solo miradas.
Los que lo conocen dicen que “esto no solo pasaba en horario nocturno, sino a cualquier hora del día podía suceder”. Por aquellos tiempos también, cuando la billetera mataba a galán, el “Culón Velázquez, sobrenombre que alguna vez le supo poner un empresario de los medios, se habría metido en las mesas VIP del Casino, donde dicen que eran también su lugar de culto y visitas cotidianas de este señor. Allí habría gastado grandes sumas de dinero no solo en juego sino en compañía femenina, ya que cuando su suerte no se veía favorecida por el azar estas señoritas le servían de consuelo.
Evidentemente la suerte le sonreía más que hoy. En aquellos tiempos pudo ir al encuentro del Sumo Pontífice y en el día de hoy, el representante del Partido Lealtad Popular, ahora partícipe de la “reforma del Estatuto del Empleado Público” seguiría en los mismos carriles, con vicios perniciosos, estado en los resistencianos se acostumbraron a verlo. Su vida de bar en bar, sosteniendo altercados a los gritos (¿será por el alcohol?) y hacerse el galán con las féminas, más el Covid no le permite tejer estrategias y pisar fuerte como militante porque entre los “compañeros” su voz no tiene tanto peso, menos para lo que él busca.
