El movimiento fue recibido por el jefe comunal, pero “no hubo acuerdo”.

En el pueblo se dice que el reclamo fue “violento” y que la propia Meza “golpeó con un elemento el escritorio” de Lovey.

En declaraciones a los medios el intendente explicó lo ocurrido en la Municipalidad en los últimos días “fueron disturbios ocasionados por este movimiento que causó temor no solo en los empleados que están trabajando sino también a los contribuyentes que venían a realizar sus trámites”.

Asimismo, señaló que “fueron agredidos vecinos que estaban en la Municipalidad porque ellos comenzaron con patadas en las puertas, bombos adentro de la Municipalidad y ante esta situación hice un llamado al dialogo de los dirigentes, no sé cuántas veces, pero ellos tienen una postura de matar o morir, eso me dijeron”. Por esta situación Lovey realizó una denuncia en la comisaría de Quitilipi.

Lovey explicó además que “ahora desde la Municipalidad se está haciendo un cruzamiento de datos porque hay gente con contrato PAM y la ley dice que el beneficiario no puede tener otro, y sabemos que hay gente con pensión, con Asignación Universal, con becas, y la idea no es cortarle a nadie, sino que entiendan que nosotros asumimos una Municipalidad, con una situación muy compleja económicamente”.

Ante un nuevo pedido de desalojo del lugar dijo el intendente Lovey que “la jueza recibió una llamada del Gobierno solicitando una tregua para dialogar con este movimiento, y pidieron que no se los desaloje”.

Otro hecho que destacó el mandatario de Quitilipi fue “la presencia de menores, de 5 y 6 años con bombos en la manifestación, creo que también tienen que tomar medidas con ese tema”.