Soraya Benditez, expectativa y preparativos para Miss Sudamérica 2026





La modelo Soraya Benditez nació en la ciudad de Florencia (Santa Fe), y desde el año 2018 se radicó en Resistencia (Chaco). Es hija de Adrián Benditez y Sara Palacios; tiene dos hijos, Thiago y Alejo de 10 y 5 años, a los que acompaña en sus actividades diarias combinando la tarea de ser mamá con sus responsabilidades de ser modelo y representar a nuestro país en el certamen “Miss Sudamérica” que se realizará en Lima (Perú) en el mes de junio de 2026.
Es tan rica la vida de Soraya que no se la puede contar en tercera persona, por lo que, ella narra su propia historia.
“En 2019 me doy cuenta que tenía depresión, no pensé que era tan grave hasta que empezaron los intentos de suicidio; sentía que no merecía vivir, que mi vida no valía, que era un estorbo, que mi presencia iba a causar solamente dolor, veía lo peor de mí, no podía ver nada bueno. Así que a raíz de esta situación empiezo a vivir situaciones muy feas", inició.
"Empiezo a pedir ayuda a Dios, ahí donde yo vivía, en la pieza, le clamaba que me ayudara por favor, porque no entendía lo que me estaba pasando. Y él empezó a brindarme ayuda; una noche una chica, que hoy es una gran amiga mía, me presentó al Espíritu Santo, y yo empiezo a acercarme más a él, lo buscaba de muchas maneras desesperadamente. Hacía discipulados, como era pandemia hacía todo online, viendo a padres y párrocos hacer sus seminarios y un día lo nombran a Pedro el discípulo, cuando Jesús le dice a Pedro: tira la red de nuevo, pero esta vez conmigo (Pedro había estado pescando toda la noche sin sacar un pez) pero le hace caso y su pesca fue milagrosamente abundante. Y yo dije, Jesús me está hablando a mí y nunca voy a olvidar lo que sentí. Que me invitaba a confiar en él, que intentara vivir de nuevo, pero esta vez con él; porque yo no quería vivir más, ya había intentado todo. Mi vida siempre se trató de que todo me costara el doble, y de luchar incansablemente por algo y en el momento justo en que se iba a dar, todo se me viniera abajo”, con toda esa carga emocional, Soraya empieza a contar su historia.
A lo que agregó: “Entonces, y esta última vez, estaba estudiando para ser Oficial de la Prefectura Naval Argentina, donde logré ingresar con muchísimo esfuerzo obteniendo la jerarquía más alta de estudiantes, el esfuerzo había valido más que la pena. Pero, pedí la baja porque mis hijos necesitaban una mamá presente y no había nadie que me ayudara con su cuidado; así que otra vez, algo que tenía que dejar atrás. Eso me llevó a ser dependiente económicamente de mi pareja, así que viví un infierno por esto y otras situaciones, pero en esta búsqueda de Dios, él empezó a mostrarse, a rebelarse, a enseñarme. Y desde ese momento no paré de buscarlo y de hablar con él, hasta el punto en que hoy en día no quiero hacer nada si no se lo consulto, si no le hablo, si él no está guiándome o tiene las manos en el asunto. Siempre está enterado porque lo ve todo, pero si no sale de mi boca hacia él, el hecho de informarle y hacerlo parte, para mí no es lo mismo. Desde ese día sentí que Dios empezó a acercarme a personas que me ayuden; además, de enseñanzas que yo necesitaba para poder salir del lugar en donde yo me encontraba, que era un pozo oscuro espiritual y emocionalmente, me encontraba muy rota”.
Po otra parte, contó: “Me enseñó lo que es la depresión, porque tenía intentos de suicidio. Dios empezó a liberarme y sanarme, fue un proceso de años de sanidad, donde tuve que tenerme muchísima paciencia; nunca antes había experimentado algo así o vivirlo a Dios tan íntimo de esa manera. Ahí conocí mi verdadero yo, quién soy, a qué vine a este mundo; y que yo no era las cosas horribles que me decían algunas personas que me rodeaban".
"Dios empezó a mostrarme cómo él me ve y empezó, de alguna forma, a depurar lo negativo en mí, y a conocer mi identidad en Dios y saber las cosas que él puso en mí; y eso, significó empezar a descubrir mi verdadera personalidad, mis gustos, talentos, habilidades o cosas que estaban totalmente dormidas y anuladas. Y un día empezó, desde mi interior, a salir la fuerza de decir ¡Basta! es hora de vivir tus sueños y anhelos, de empezar a construir la vida que querés vivir”, agregó.
En cuanto a sus objetivos o rumbo en la vida, Soraya sostuvo: “Toda la vida yo había intentado agradar a los demás, ser validada, buscar aprobación externa, me amoldaba; si alguien decía una palabra yo me movía en consecuencia, si alguien quería esto yo hacía esto. Nunca me moví por mí misma, por quién soy, entonces, me pregunté: vos ¿qué querés?, no fulano, ni mengano; me respondí: siempre quise ser modelo, pero ya tenía 26 años, ya se me fue la edad, pensé. Pero no importa, Dios empezaba a trabajar en mi identidad, en mi personalidad, de una manera impresionante y requirió que yo me sacara todo el límite religioso; y entonces, le dije a Dios: no quiero ser una modelo que haga cosas por ‘plata’ o que mi ‘crecimiento’ sea realizando cosas que no debo hacer. Yo quiero que vos me abras las puertas, que vos me lleves en este camino, porque el mundo es tuyo. Entonces, quiero que vos me enseñes a andar en este mundo. Tantos años de desarrollo, de dependencia de orar con Dios hasta que llegó este punto, un avance en mi interior”.
Soraya trabaja con la Agencia “MChic Models Agency”, de la que destaca: “Vi las publicaciones de Majo Leiva; e inicié la capacitación intensiva de verano, fui muy pocas clases, pero me gustó. Luego, terminé el entrenamiento anual, me recibí de modelo y fui a Buenos Aires a ‘Argentina Fashion Week’, con mucho esfuerzo, a recibir mi título y llevé marcas de indumentaria de Resistencia, que me vistieron para la semana de la moda. Me encantó, desde muy chiquita quería ser modelo, y no podía creer que lo esté viviendo".
"La formación que me dieron empezó también a moldear la forma de verme, empezaba a trabajar más en mis virtudes, en lo positivo de mí. La agencia también te entrena a realzar tu potencial y fortalezas; aprendí a desarrollar mi imagen, a ser más segura de mí misma, y definir mi estilo, verme más atractiva para mí, porque yo no me veía ni atractiva, o sea, por lo menos que me gustara lo que yo veía en el espejo. Siempre había sido todo negativo hacia mí, y fue así que yo aprendí a hablarme de modo positivo, y fue un paso a paso salir de ese lugar de depresión; fue una reconstrucción".
"Lo que Dios hizo en mí fue, primero, quitar los sobrantes y después me reconstruyó; fue ensamblarme en mi verdadera identidad, creer en mí, lo que Dios dice, y no lo que otros suponen de mí. Fue un encuentro con mi propia verdad, tuve que sacar a la luz mis sombras, verme cara a cara con mi oscuridad y aceptarla para poder transformarla en algo positivo".
"Empecé a hacer trabajos, algunos por canje, y también trabajos pagos; pero todo para mí era experiencia, me tomaba y me tomo mi trabajo muy en serio, porque lo amo y me costó de cero construirlo. Me llegaban trabajos a través de la agencia y por mis redes sociales, a través de mi Instagram, más que nada”.
Así fue como llegó al certamen internacional: “Debido a mis publicaciones fue que me vieron desde la organización de ‘Miss Universo’; y me ofrecieron la posibilidad de representar a Chaco; al principio pensé que no me iba a animar, y gané una de las menciones de mejor pasarela, fue mi primer certamen de belleza. Antes, jamás se me hubiera ocurrido participar, aunque desde niña lo imaginaba como uno de mis sueños, siempre quise ser una artista, lo que tenga que ver con actuación, moda y canto".
Luego, reconoció: "Nunca me imaginé que podía ser posible entrar al mundo de las misses; yo misma decía no, mira las chicas hermosas que hay, no hay chances para mí; y Dios me fue enseñando y dando valor a creer que también es posible para mí. La belleza es relativa, todos llevamos algo adentro, que si lo trabajamos lo podemos sacar y esa misma luz nos embellece. Entonces, el hecho de creer en mí, me dio la fuerza para intentarlo; me esforcé mucho en Miss Universo, obtener las cosas que necesitaba fue con mucho esfuerzo y con la ayuda de mi familia. Aún sigo estudiando, capacitando en otras áreas, en marketing digital, en finanzas; hago cursos, estoy leyendo constantemente, voy porque esto es un crecimiento constante, la mente siempre tiene que estar creciendo”.
Finalmente, en cuanto a “Miss Sudamérica”, Soraya contó: “Cuando subí todas mis publicaciones, lo ven desde ‘Miss Sudamérica’, estaban en la búsqueda de la representante de Argentina, pasé por todo un proceso de investigación y así quedé para la categoría Lady. Hay tres categorías a nivel país, por lo que estoy totalmente agradecida de haber sido la elegida entre otras candidatas".
"Quiero responder de la misma manera, dando todo mi esfuerzo y por eso estoy en la búsqueda de patrocinadores y de personas que me quieran acompañar, que crean en mi potencial y se sumen. Les voy a dejar mi número de contacto 3625-268989 y les prometo dar mi mayor esfuerzo y espero contar con todos ustedes en este nuevo camino, en esta oportunidad tan grande como es ‘Miss Sudamérica’ que se va a realizar en Perú en el mes de junio de 2026, muchas gracias a todos”, cerró.