"Atento a la roba maridos". Así escrachó en las últimas semanas de febrero una mujer a otra, que al parecer fue víctima de un engaño amoroso por parte de su pareja con una tercera.
El hecho ocurrió en la localidad de Cote Lai y al parecer, para tomar venganza decidió ventilar la infidelidad con panfletos, pasacalles y más. "Esta mujer anda con hombres casados destruye familias y hace amenazas", se pudo leer en uno de los pasacalles que colgó de manera ingeniosa y vengativa en el ingreso a la localidad, algo que sorprendió y generó sonrisas, pero también atemorizó a otros hombres que andan de pata de lana engañando a sus mujeres.
Lo que dicen las malas lenguas
Dicen las malas lenguas, que la mujer, casualmente, accedió al teléfono celular de su marido, descubrió un fluido intercambio de mensajes de WhatsApp con un sujeto, aparentemente por cuestiones laborales.
Pero al advertir el tono romántico de las charlas se encontró ante la disyuntiva: el hombre había cambiado su orientación sexual o simplemente había apelado al viejo truco de agendar contactos con identidad falsa. De cualquier manera, la estaría engañando.
Rápidamente se inclinó por lo segundo, sobre todo porque el infiel había incurrido en la “desprolijidad” de llamar, en algún momento, por su verdadero nombre a la dama que residiría en Cote Lai.
Indignada, decidió vengarse: imprimió volantes con el chat y el rostro de la tercera en discordia y los distribuyó en la vía pública. Y, para redondear la bronca, pintó una extensa pancarta advirtiendo a sus congéneres sobre el acecho de la “robamaridos” y la colgó justo en el arco de ingreso al pueblo.
