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Juventud de Puerto Tirol

Un club sin nombre, pero con mucha identidad

Varias postales del club Juventud de Puerto Tirol, recopiladas por nuestra periodista, Erika Insaurralde.

Por Erika Insaurralde, especial para NOVA

Juventud fue el cuarto equipo que se fundó en Puerto Tirol. El primero, fue Deportivo Tirol; el segundo, se llamaba Tuyutí -que en términos guaraní significa “Aislado”-; el tercero, fue Independiente Tirol y finalmente el cuarto Juventud.

A diferencia de lo que sucede en la actualidad, sus jugadores tenían un promedio de 25 años de edad, a causa de que el futbol era duro y físicamente en esa edad recién se encontraban en condiciones de participar.

Tuyutí y Juventud nacieron porque había otros clubes y a ellos los apadrinaba la empresa de Tanino Quebrachales Funcionados, después cambió el nombre por la de Unitán (que duró aproximadamente 5 años debido a que se pelearon sus socios y dejó de funcionar).

En ese mismo tiempo surge Tuyutí, que se caracterizaba por estar conformado por gente del pueblo. La misma que iba a Buenos Aires a comprar camisetas, pelotas y todo lo necesario para equiparlo.

Al desaparecer estos dos equipos nace Independiente de Tirol, fundado por Don Gervasio Martínez, que vino de desde Barracas -un barrio de Buenos Aires- a trabajar a la empresa Quebrachales Fusionados.

El equipo era futbolero al igual que el obrero, que siendo de Independiente de Avellaneda funda Independiente de Tirol y la camiseta que impone es la de Deportivo Barracas (blanco y bastiones azules).

Quebrachales Funcionados convocaba no sólo a gente del pueblo sino también a sus alrededores, y como los de afuera jugaban mejor, había chicos que quedaban excluidos.

Llegó a Quebrachales Fusionados el paraguayo Martín Gatti, -quien jugó en Independiente Tirol- y tenía conocimiento de los chicos que quedaban afuera, entonces empezó a convocar jugadores amateur para armar un equipo y participar en pueblos vecinos como La verde, La Escondida, Makallé, Cotelai, entre otros.

Finalizados los torneos de la Liga de fin de año, Independiente comienza a jugar tras convocar a jóvenes obreros que no solamente eran del pueblo sino también de otras provincias y países limítrofes que venían para trabajar en la fábrica.

Los chicos del pueblo no tenían posibilidades de competir, pero salían a jugar en las afueras de Tirol -en campeonatos hechos por la vaquillona, el chivito, el lechón, etc.- inscriptos como Juventudes Tirolenses. De ese modo el entusiasmo fue prosperando a tal extremo que los muchachos querían participar en La Liga.

Así fue como se fundó

El Club Atlético Deportivo de Puerto Tirol se funda el 13 de febrero de 1942, en horas de la tarde, cuando el paraguayo Don Martín Gatti y su amigo Don Gabino Rolón, quienes vivían en un conventillo por Avenida Chaco –lugar que les alquilaba la empresa Unitan a sus trabajadores foráneos- lo inscriben a la Liga Chaqueña en reemplazo a su anterior nombre, Juventudes Tirolenses.

El Club lo fundan entre Avenida 12 de Octubre y Julio A. Roca -en donde hoy es la municipalidad-. Esa tarde se reunieron un grupo de hombres como Martin Aranda, Román “Torito” Insaurralde, Hilario Núñez –conocido más tarde como “el abuelo Núñez”, Martín Barrios, Fermín Aranda -entre otros, sentados en el viejo tronco de un árbol paraíso de la empresa Quebrachales Fusionados. Un tiempo después Gatti, se jubiló, volvió a Paraguay y tomo el cargo Don Hilario Núñez.

El abuelo Núñez era el cartero del pueblo, y nunca ocupó un cargo en la comisión directiva, pero mantuvo a Juventud por más de 25 años con su sueldo. Eso implicó que tenga varios problemas en su casa, con su esposa estuvo a punto de separarse más de una vez.

La discordia de Independiente (década del ‘80)

“A Juventud lo querían borrar”, aseguraba el abuelo Núñez. Por otra parte, Luis Leyes, uno de los miembros de la actual comisión directiva y asesor de prensa de la Institución sostiene: “a Independiente no le quería prestar la cancha y tenía que viajar a jugar incluso cuando le tocaba de local”. Además “lo querían ahogar financieramente”, afirmó.

Los miembros del plantel algunas veces se trasladaban en un camión de la Segunda Guerra Mundial, modelo Ford Canada, que conducía Federico Zumber. Otras veces se iban en bicicleta, de los cuales los futbolistas se turnaban para pedalear.

En cambio, Independiente tenía su cancha, que se inauguró en un partido ante Paraguay cuando estaban de gira por estos lares. El partido concluyó 2 a 2. Pero el campeonato oficial fue contra Sarmiento, tras perder 2 a 0.

Para entrenar, los jugadores aprovechaban cuando sonaba el pito de la fábrica, que marcaba el ingreso de los trabajadores, -futbolistas de Independiente-.

Román “el torito” Insaurralde recuerda en diálogo con NOVA: “El equipo tenía 11 camisetas, la del arquero y 10 de campo, el que venía primero agarraba la camiseta y jugaba. Como no había cambios, el que entraba no tenía que salir excepto que lo echen o que termine lesionado”.

“Una vez un jugador tenía la camiseta en el hombro y se estaba atando los cordones del botín, ya empezaba el partido. Apareció otro de atrás, -que ya tenía todo atado los botines- le sacó la camiseta y salió a la cancha a jugar. Desde ése momento quedó la bronca”, nos cuenta.

Juventud empezó a entrenar en el Tajamar, en la desembocadura del Río Negro -en donde hoy es el comedor del Barrio Central-, hasta que los echaron de ahí y los mandaron a un barrio lejano en el que hoy es el barrio Los Aromos -también conocido como las 110 viviendas-.

Ese terreno la empresa Unitan donó a juventud con la condición de que los alambren, pero no había plata para el alambrado, pasaron los años del acuerdo, la empresa recuperó esos terrenos, luego se los vendió a la provincia y construyó las 110 Viviendas.

Después de ese lugar, El Funebrero entrenó en donde es actualmente su estadio, aledaño al cementerio municipal (de ahí proviene su denominación “El Funebrero”).

Ese terreno pertenecía a Don Carlos Altamirano, un señor que colaboró con la Institución. Unos años más tarde esa propiedad fue vendida y se reubicó en un terrenal que está entre calle Salta y Pellegrini, donde hacían sus actividades la agrupación de Boy Scaut: Tambores de Tacuarí. Más adelante los dueños también vendieron y Juventud volvió a deambular.

Ascenso

Donde había un terreno se acomodaban, en 1989 asume la presidencia Hugo Sager, quien durante su mandato logra que Juventud ascienda en la tabla de posiciones en 1992. En ese momento el club cumplía 50 años y se consagra campeón en primera B de manera invicta. Llega a Primera División, desciende en 1998, vuelve ascender en el 2000 y se mantiene hasta la actualidad.

“Entre 1999 y 2000 con el Dr. Sager, Juventud comenzó a pensar de otra manera: porque se posiciona a lo alto. Cuando Sager ocupa el cargo en el Senado de la Nación como Presidente de la Comisión de Deportes, logra un subsidio para la compra del terreno y la construcción de la sede social”, cuenta el periodista Luis Leyes.

La tarde del 8 de agosto del 1992 Juventud empató 0 a 0 frente a Resistencia Central y se consagra campeón. “En el pueblo se realizó una caravana que nunca se antes se realizó, eran tantos los vehículos como la gente”. Por otra parte, “nunca más se realizó una caravana igual, ni por partidos políticos en elecciones si quiera”, recuerda Leyes.

El entrenamiento en ese entonces, estaba a cargo del profesor Horacio Ramón García. Y la idea del estadio propio seguía latente. Sager, con la llegada del justicialismo en 2007 -durante el gobierno de Jorge Capitanich- tomó una decisión, política indudablemente pero no por eso menos importante, que fue la de construir el estadio propio que se inauguró el 2 de agosto del 2015.

Duración de los mandatos

Según registros las elecciones durante los comienzos del club hasta finales de la década del ´90 duraban cuatro años. A partir del 2000 empezaron a hacer cada un año.

Algunos de los presidentes que pasaron a lo largo su historia fueron: Ramón Adolfo Buzón, Horacio Ramón “pelusa” García (quien ya falleció), Hugo Sager, Daniel Gómez, Rolando “Roli” Gran, Francisco Duarte (un ex jugador de la Institución) y Ramón Alberto “Leche” Flores (actualmente presidente).

Particularidades

Don Insaurralde recuerda “la particularidad que tenía Juventud es que siempre jugaba afuera de Tirol, porque no le querían prestar la cancha y el camión era el transporte más común en esa época. Cada vez que volvía al pueblo lo hacía hinchando y cantando; si perdían 1 a 0, 2 a 0, siempre entraban cantando y gritando. Si empataban con más fuerza y si ganaban, con más razón”.

Terminaba la década del ‘60, tanto Juventud como Independiente estaban en la B. Independiente necesitaba que Juventud gane su partido a Resistencia Central -en se entonces se jugaba en la cancha de Regional-.

Todo el plantel de “El Funebrero”, el titular de Independiente Tirol Don Alberto “Toto” Torresagasti, y todos los integrantes de la comisión fueron a ver el partido. Terminó el primer tiempo y Juventud perdía 4 a 0, ya no había posibilidad que Independiente ascienda.

“El Toto” y su comisión deciden irse del partido, vienen y se quedan en la casa de visita de la empresa Unitan -que es donde se reunían-. Al terminar el partido regresa el equipo de Juventud gritando -como de costumbre- y los de Independiente no le daban importancia, decían: “estos siempre hacen lo mismo”.

Lo que no sabían era que Juventud ganó 5 a 4 su partido, y ascendió Independiente de Tirol. La noticia la supieron gracias a una llamada que hizo “el Toto” al diario El Territorio, que hizo la cobertura en ese tiempo”.

La moraleja de esa anécdota, que flexiona Luis Leyes, es que “a los jugadores de Juventud no les importaba nada, más que a ellos mismos y que le amargaron la existencia al equipo de Resistencia hasta el último momento”.

Es decir que si a los muchachos les ofrecían una asado quizás hacían menos goles, pero no, no tuvo ni una oferta. Por otra parte se puede reflejar como era la magnitud de su humildad que ayudó a ascender al equipo que le negó la cancha e intentó ahogarlo financieramente, entre otras cosas”.

Curiosidades

La Cancha de Juventud todavía no tiene nombre, solo se la conoce como la cancha del Club Atlético Juventud de Puerto Tirol. La incertidumbre se debe a que no hay acuerdos entre los nombres que se propusieron.

Algunos de los candidatos son: el nombre de Hugo Sager -porque durante su presidencia se pudo conseguir el terreno de la cancha y eso permitió que la institución pueda acceder a un lugar propio-, sin embargo algunos se niegan por no tener afinidad con el partido político (peronista) al que representa el ex intendente de la ciudad. Además de que el doctor Sager tampoco aceptó.

Por consiguiente en el marco de esa disputa Leyes admite que “por lo general los nombres se ponen después de muerto”. Y se resguarda bromeando: “no es que se esté esperando que Sager muera para poner su nombre al Estadio”.

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