Entre los “acuerdos”, se dialogó sobre quiénes serían los actores encargados de llevar a cabo todo el estudio del traspaso, con auditorías exhaustivas de por medio, donde por parte de la gestión saliente seguramente participaran cada uno de los titulares de las carteras ministeriales, y por parte de los “electos”, un equipo de trabajo encabezado por la compañera de fórmula del “Zorro”, Silvana Schneider.

Pero esto no terminó siendo lo más “rutilante” de la semana, sino que a partir de una “fake news”, a más de un “compañero” se le aceleró el corazón producto de que se informaba sobre una “mala interpretación de la constitución”, que podía desencadenar en una segunda vuelta debido a que no se contabilizaban los votos en blanco al momento de sacar los porcentajes, algo que provocaba que la fórmula de Juntos por el Cambio no superara los 45 por ciento que los decretaba ganadores.

A pesar de esto, la Justicia Electoral desmintió rotundamente la viralización de ese trascendido, y desactivaba la “emoción” de militantes del Frente Chaqueño que ya emprendían el andar por las calles de las localidades para buscar esos votos que se habían “fugado” hacia otras alianzas, y que le habían provocado la derrota.

En todo ese contexto, los análisis de lo sucedido en las Generales del domingo 17 se dispararon para muchas conjeturas, pero la principal y la que realmente encendió las alarmas, fue el gran número de “corte de boletas” que se detectaron en localidades “importantes” para el oficialismo, entre las que se destacaron la Barranqueras de Magda Ayala o la Villa Ángela de Adalberto Papp, o los resultados “revertidos” tras las PASO como sucedió en Puerto Tirol, donde había triunfado Hugo Sager por 15 puntos, pero terminó cayendo en las Generales ante el reelecto Hugo De Pompert.

Pero con las cosas de esta manera, la “oposición vuelve a la gestión provincial tras 16 años, cuando una gestión de Roy Nikisch (hoy busca recuperar también para la “oposición” la ciudad de Resistencia) dejaba una provincia aparentemente ordenada, pero con un cierto déficit en obras públicas y sectores contrariados por las políticas aplicadas.

Con la bandera del “cambio”, el “Zorro” Zdero se impuso ante un “Coki” Capitanich que buscó “poner en valor” lo hecho en sus tres gestiones a cargo del Ejecutivo provincial, pero que pagó caro algunas cuestiones extragubernamentales y que, al parecer, internamente sintió como un alivio no ser “reelecto” y ya se tomó unos días descanso para afrontar los últimos meses de una conducción que llegará a su fin el 10 de diciembre.