En ese escenario, se dio la inoportuna visita del presidente Mauricio Macri, la cual no cayó muy bien que digamos, dado que derivó en una catarata de críticas desde distintos sectores de la comunidad chaqueña.

Muchos pensaron que la visita presidencial, que se encontraba fuera de agenda, iba a ser tranquila y beneficiosa para Cambiemos, sobre todo porque diagramaron visitas en Barranqueras, donde la intendenta Alicia Azula, castigó duramente a la gestión justicialista en la provincia amenazando, inclusive, con realizar una abertura en la defensa contra las inundaciones construidas en la década del 80 para permitir el escurrimiento del agua, pero nada de esto fue así.

Con la cara más dura que una piedra, el gobernador Domingo Peppo, recorrió la zona junto al mandatario nacional casi sin importarle el aluvión de críticas recibidas por la jefa comunal portuaria.

Lo que también resulta incomprensible, es la falta de logística y de organización al programar la visita a la Escuela Nacional N° 43 Juan B. Sanchis presidencial en Barranqueras, donde había más de 50 familias evacuadas. Allí un importante grupo de vecinos insultó a más no poder al presidente de la Nación, provocando una lamentable escena que tranquilamente podría haber sido evitada.

Además de sobrevolar en helicóptero las zonas afectas del área metropolitana, el contacto directo con los damnificados no logró el objetivo deseado y el líder de Cambiemos se volvió a Buenos Aires con un gusto amargo por el negativo clamor de la ciudadanía chaqueña.

No obstante, hay resaltar que para Peppo tampoco fue una visita redituable, ya que nuevamente quedó en evidencia la poca importancia que el Gobierno nacional le da a los pedidos del ejecutivo chaqueño. El gobernador no hizo más que presentar una carpetita con pedidos y solicitar, nuevamente, que se permita al Chaco el acceso al crédito para emergencias por desastres naturales del BID para ejecutar obras hídricas para distintas localidades de la provincia.

El tiempo dirá si sirvió esta lamida de botas para algo o si, nuevamente, el mandatario chaqueño es dejado de lado para que sea triturado por la interna partidaria dentro del justicialismo chaqueño.

¿Y el “Coqui” dónde está?

El intendente de Resistencia, Jorge “Coqui” Capitanich, chicaneó duramente la visita presidencial y expresó su supuesto malestar por no haber sido invitado a las actividades programadas. Más teniendo en cuenta que la capital chaqueña fue la ciudad más perjudicada por este temporal. Para el ex gobernador, resulta incomprensible que no hayan tenido la delicadeza de notificarlo de la visita.

Desde los pasillos de la Municipalidad, aseguran que desde la cúpula de Cambiemos prefirieron evitar la presencia de Capitanich para evitar que deje al descubierto el abandono de obras fundamentales que paralizó Nación y que podrían haber mitigado los efectos de este temporal.

Una de ellas es la terminación de las obras de la autovía de la Ruta 11 y la otra el ensanchamiento del canal 16. Ambas obras, iniciadas en la era del kirchnerismo, presentan un retraso significativo llegando apenas a un 10 por ciento del total. El inicio de la misma data de mediados del 2013 por lo que tras casi seis años ya tendrían que estar casi finalizadas y hubieran permitido un mejor drenaje de agua acumulada ante fenómenos climáticos como el que vivió el Gran Resistencia la semana pasada.

En fin, el agua acumulada fue, es y será la piedra en el zapato de todas las administraciones municipales y provinciales de la historia. Y ésto seguirá siendo así hasta que la clase política tome en serio el asunto y trabajé para buscar una solución definitiva.