El principal reclamo interno en el peronismo fue el poco peso político del gabinete provincial para afrontar una oleada de críticas, utilizar bien la cintura para contrarrestar los operativos de la oposición. Es por esto que es casi un hecho que habrá cambios sustanciales de ministros y funcionarios, ya sea por distintas obligaciones o por mal desempeño en estos primeros dos años. Gustavo Ferrer y Juan José Bergia dejarán obligadamente sus cargos porque deben asumir sus bancas a fin de año, por lo que es casi un hecho que Basilio Nykolyn pasará a manejar Industria, mientras que Martín Nievas dejaría el ministerio de Seguridad y Justicia para recalar en la cartera de Gobierno. Roberto Acosta sería reemplazado en Desarrollo por Edilberto Núñez, una joven promesa del peppismo que viene trabajando muy bien en Lotería Chaqueña y que viene pidiendo pista hace ya muchos meses.

Ahora bien, el cambio más importante se daría en el Ministerio de Infraestructura. En esta importante cartera en donde se maneja el grueso de los fondos provinciales destinados a obras y servicios públicos, se encuentra una persona de extrema confianza de Horacio Rey como lo es Fabián Echazarreta. Es por eso que resulta extraño que se barajen nombres como los de Gustavo Martínez y el coquista Hugo Varela para hacerse cargo de este vital ministerio. Sin dudas este será el cambio más político de todos, pero que también podría constituirse en un globo de ensayo para desviar la atención de otros verdaderos intereses como, por ejemplo, el futuro de la presidencia en la Cámara de Diputados.

En los pasillos de la Casa de Gobierno se baraja la posibilidad de que la insistencia de la Corriente de Expresión Peronista por quedarse con el Ministerio de Infraestructura forme parte de una jugada Gustavito para lograr el objetivo primordial de mantener a Ely Cuesta a cargo de la Legislatura. Por eso también el operativo mediático de un supuesto cambio en Educación donde desembarcaría el saliente diputado nacional Gustavo Martínez Campos, que paradójicamente suena para hacerse cargo también del INSSSEP al igual que su hijo. Todo esto formaría parte de una máscara que tiene el único objetivo de presionar y presionar para no poner en peligro una sólida gestión que se lleva adelante hace dos años en el Poder Legislativo.

Lo único positivo es que toda esta novela tendrá una definición en las próximas semanas, cuando los funcionarios que ocuparán bancas en la Legislatura deban asumir. Cuando las fichas estén colocadas en el tablero, recién podremos comenzar a dilucidar cuáles fueros los acuerdos políticos con lo que se encararán estos dos próximos años en los que se intentará retener la gobernación ante una coalición de Cambiemos que se viene con todo y por todo en el 2019.