Panorama Político Chaqueño
¿Fue un plan provincial?

Se terminó el "Auto para todos": las auditorías tiran de hilos que arrastran vínculos con fundaciones

El “cementerio de chatarra” marca un clima de recuperación de un Estado para la gente, como fue la promesa de campaña del gobernador Leandro Zdero. (Dibujo: NOVA)

Con el correr de los días, la gestión provincial encabezada por Leandro Zdero ha logrado asentarse a punta de transparencia y cumplimiento de las promesas de campaña. La “punta de lanza” fue la puesta en marcha de auditorías en las dependencias gubernamentales, una vez que tomaron posesión de los cargos; y desde allí, cada hilo del que han tirado, dio como resultado algún allanamiento o secuestro de bienes del Estado.

Al parecer, en las gestiones anteriores, los vínculos con las organizaciones sociales y fundaciones eran tan estrechos, que no sólo se le giraban fondos, sino que también se les hacía entrega “en comodato” de vehículos propiedad de la provincia, para el uso indiscriminado de los mismos, ya sea para uso de las instituciones o, los más alarmante, para uso privado de los “cabecillas”.

Tras sacar a la luz la “sociedad” con el piquetero Carlos Iván Barraza, que arrojó el secuestro de gran cantidad de elementos cedidos por el Estado y vehículos en uso y desuso, la gestión provincial ha logrado dar con numerosos vehículos de menor y de gran porte que fueron cedidos por las anteriores gestiones de Jorge Capitanich a las organizaciones sociales, sin hacer hincapié en los fondos económicos que han arrojado faraónicas construcciones por parte de los movimientos sociales, dignas de empresarios de “altas alcurnias”.

Pero esta decisión política de avanzar en investigaciones generó un “efecto cascada”, que avanza con diferentes referentes entrando en razón y procediendo a la “devolución voluntaria” de un gran número de vehículos que tenían en posesión, tras ser cedidos en comodato por la gestión anterior, dando gestos de buena voluntad, tratando de evitar posibles problemas con la Justicia y la gestión actual.

Esto ha generado un “cementerio de chatarra” en la gestión actual, ya que sumado al deplorable estado en el que se encontraban las unidades que todavía seguían bajo la órbita de la provincia, las unidades que fueron “devueltas” en muchas ocasiones estaban en abandono o no contaban con todos los elementos en condiciones necesarios para circular, como ser el motor o sin las ruedas.

Obviamente, todo esto se da en un contexto en el que de reojo se mira con recelo lo que pueda pasar en el Congreso con el debate de la Ley de Ómnibus y el DNU, que en las últimas semanas ha inundado las conversaciones y opiniones de propios y extraños; además de darse distintas disputas por la agobiante situación del calor y los casos de dengue.

Estas cuestiones fueron aprovechadas por la oposición para sacar a relucir el “oportunismo político”, apuntando al oficialismo ante la necesidad de adquirir las vacunas para afrontar una campaña masiva para la ciudadanía, que tanto lo reclama, y que no cuenta con los ingresos suficientes para solventar por “motu propio” el elevado costo de la inmunización.

¿Bombas de mecha corta? Quizás, pero hasta el momento, la gestión provincial las ha desactivado una a una con mayor o menor celeridad. Ahora llegará el momento de la apertura de paritarias con gremios y de continuar por la senda de recuperar un Estado para los vecinos, y no para unos pocos vivos que manejaban grandes fortunas…

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