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Isla del Cerrito

Propuesta para el fin de semana largo: para disfrutar la historia y la naturaleza

No hay nada como ver el atardecer en el majestuoso río Paraná.

Llegamos a la Isla y nos recibe una hermosa arboleda, repleta de aves cantoras. El fresco de la mañana va mermando a medida que el sol va imponiendo su presencia y empezamos a buscar un lugar donde instalarnos. Ya ubicados en la orilla, comienza la ronda de mates, tortas fritas y pastelitos que compramos por el camino.

Recorrer la iglesia es un ritual familiar que no podemos dejar de realizar cada vez que visitamos la Isla. Su hermosa y simple infraestructura nos invita a entrar y vivir un momento de paz. Sin embargo, esta vez tenemos planificado visitar otro sitio histórico: el museo regional, plan que venimos posponiendo hace tiempo y hoy estamos decididos a concretar.

Sin darnos cuenta llega el mediodía y decidimos almorzar en el comedor de la hostería, excelente opción cuando no tenemos ganas de cocinar. La atención siempre cálida es un plus al exquisito sabor de la comida, cuyo broche de oro es el tradicional dulce de mamón con queso.

A plena siesta nos dirigimos al Museo, nos contaron que hay cosas interesantísimas por lo que nuestras expectativas son muchas. Llegamos y nos recibe una amable guía que no tarda en comenzar a contarnos sobre las reliquias que guarda este histórico lugar, donde se encuentra concentrada la historia de la Isla. Elementos encontrados luego de la Guerra de la Triple Alianza y vestigios del hospital para leprosos asombran tanto como impresionan.

Luego de cumplir con nuestro plan, nos dirigimos hacia la bajada de lancha desde donde siempre partimos. No hay nada como ver el atardecer en el majestuoso río Paraná, que hoy pareciera estar más calmo que de costumbre. Emprendemos viaje y vemos cómo poco a poco la orilla se va alejando, mostrándonos un paisaje digno de una pintura. El momento crucial se da cuando el sol se esconde en el horizonte, metiéndose en las aguas de este ahora anaranjado océano.

En medio del espectáculo emprendemos retirada. Las fotos se repiten cada vez que la naturaleza nos regala su arte, y aunque lo vimos muchas veces, no deja de sorprendernos la armonía de colores y la tranquilidad reinante. Bastaría una sola de estas imágenes tomadas durante el atardecer para explicar por qué a este lugar se lo reconoce como “paraíso natural.”

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