Opinión
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Pobreza e indigencia ¿quién falta a la verdad?

El diputado Martínez dijo que se ratifican expresiones del bloque Libres del Sur de la Legislatura del Chaco vertidas hace algunos días en un programa periodístico televisivo del orden nacional.

Por Carlos Martínez, diputado provincial

Tan solo diez (10) palabras, de las aproximadamente mil ochocientas (1.800) que utilizara en su respuesta elíptica a las expresiones críticas hacia su gestión vertidas en el programa de Jorge Lanata fueron las utilizadas por el gobernador Capitanich al momento de referirse a la pobreza e indigencia en el Chaco. Parece muy poco espacio para un drama inmenso que padecen en su propio cuerpo y espíritu miles de nuestros comprovincianos y sus familias. Hasta diríamos que tal parquedad semeja una incomprensible metáfora de la invisibilización, como si también la palabra contribuyera involuntariamente a negar lo realmente existente.

¿Y qué dijo sobre el tema el gobernador? Textual: “La pobreza se redujo a la mitad. También la indigencia.” Nada más (y nada menos) que dos frases que afirman qué, según él, durante su gestión, el 50 % de los chaqueños que eran pobres dejaron de serlo y el 50 % de los indigentes abandonaron tal condición. La pregunta obligada es, ¿es verdad lo que dice el gobernador?¿ Somos hoy menos pobres los chaqueños?. Y otra cuestión, no menos importante al respecto: ¿cuáles son los fundamentos que tiene Capitanich para realizar esas dos breves al tiempo que contundentes y temerarias aserciones?. O más concretamente aún, ¿en qué datos se apoya para realizar tan temerarias declaraciones?

El 12 de Septiembre de este año, el ministro de Planificación y Ambiente, Raúl Codutti manifestó que el gobierno provincial había decidido dejar de publicar los datos del Índice de Precios al consumidor (I.P.C.), uno de los instrumentos de política pública imprescindibles para elaborar cualquier estadística confiable sobre pobreza e indigencia. El argumento: “ la gente ya no les cree y todos los índices que tenemos estas cuestionados” (textual), refiriéndose a los datos proporcionados por el INDEC que el gobierno de Capitanich venía adoptando como propios (incluidos aquí, el insultante 0,4 % de índice de desocupación para el área metropolitana difundido en persona por el propio gobernador este año sin que se le moviera un músculo de la cara). Pero en su sinceridad fue más allá el ministro encargado de la estadísticas: en la reunión de la Comisión de Industria, Comercio, Transporte y Comunicaciones de la Legislatura del Chaco, realizada el 16 de octubre de este año, a la que concurrió citado a través de un proyecto de resolución impulsado desde el Bloque Libres del Sur, Codutti no solo ratificó la decisión de no publicar los datos del I.P.C. y la ausencia de datos propios confiables al respecto, sino que afirmó tajantemente que (textual) “recién a partir de marzo del año 2013 vamos a contar con la información como para redefinir el Índice de Precios al Consumidor (I.P.C.) y a partir de allí redefinir la línea de la pobreza e indigencia en el Chaco.”. Luego de estas lapidarias y al mismo tiempo sinceras palabras de uno de sus ministros, urge que el gobernador le explique al pueblo del Chaco de donde obtuvo la información que le permitió llegar a la conclusión acerca de la baja en los índices de pobreza e indigencia, puesto que según su propio funcionario dichos datos no estarían sino a disposición recién con posterioridad a marzo del año que viene.

Nosotros, que sostenemos que uno de los más preciados derechos humanos que tienen nuestros ciudadanos es el derecho a que se le diga la verdad, mediante información confiable, ratificamos lo manifestado ante la opinión pública nacional y provincial hace unos días : en el área metropolitana de nuestro Chaco, allí donde viven casi 400 mil personas, hay, según los datos proporcionados por Índice Barrial de Precios (I.B.P.) e Isepci 173.469 chaqueños en situación de pobreza y 35.174 en estado de indigencia. En el caso de los primeros, que son el 43,35 % de los habitantes del Gran Resistencia, son pobres porque no poseen los 3 .281 pesos (muy distantes a los 12 pesos por día a que se remite el INDEC) de ingresos familiares (cuatro personas) mínimamente necesarios para cubrir la canasta básica total; en el caso de los segundos, el 8, 79 % de los habitantes de Resistencia, Puerto Vilelas, Barranqueras y Fontana son indigentes porque sus ingresos familiares no llegan a cubrir el costo de la canasta básica alimentaria de subsistencia , cuyo piso mínimo está hoy en los 1.471 pesos mensuales( bastante alejados de los 6 insultantes pesos diarios requeribles según el organismo qué está bajo la órbita de Guillermo Moreno).

Revisando información, resulta paradójico que uno de los últimos datos confiables del INDEC sobre pobreza en el área metropolitana del Gran Resistencia, difundido antes que comenzara el proceso de manipulación estadística de Guillermo Moreno, fue el correspondiente al segundo semestre del año 2007. Al asumir la nueva gestión del Frente Chaco Merece Más, los datos de pobreza dieron entonces un porcentaje del 40% y resulta que transcurridos los cinco años de gobierno de Capitanich la cifras del I.B.P.-ISEPCI, fundamentadas en procedimientos confiables, creibles y comprobables ,dan cifras de más del 43 % , lo que en lenguaje sencillo significa que estamos un poco peor que en diciembre de 2007.

Luego de estos aportes y dudas, nos preguntamos y le preguntamos nuevamente al gobernador: ¿de que datos partió antes y cuáles son los fundamentos que le permiten expresar ahora, en la única parte lacónica de su discurso, que la pobreza ha disminuido en nuestra provincia?

Esperamos que el primer mandatario dé explicaciones, y que las mismas sean satisfactorias, pues resultaría más grave falsear u ocultar información acerca de la dolorosa situación de miseria y exclusión que aún hoy viven una gran parte de nuestros comprovincianos que alterarse o sentirse ofendido porque algún periodista nacional viene a reflejar imágenes de la pobreza en nuestra sociedad ,que cualquiera de los ciudadanos que habita nuestra querida provincia sabe que se manifiesta cotidianamente delante de nuestros propios ojos. Y eso es así por más que no se quiera mirar, o aunque un gobernador solo le destine al tema un espacio de diez palabras perdidas en un océano de letras.

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