Peppo sigue bancando a Macri a pesar de la tormenta que se avizora
Con una nueva corrida cambiaria que desató una otra semana negra en la economía nacional, desde la Casa Rosada rápidamente se comenzó a exigir el apoyo de los gobernadores a la vapuleada gestión de Mauricio Macri. Fiel a su estilo, a Domingo Peppo no le quedó otra más que salir a bancar al presidente con irrisorios comentarios en los que responsabilizó a la presión de grupos económicos concentrados que intentan desestabilizar la gobernabilidad en la Argentina.
Lejos de mantener una postura crítica a la situación que vive el país, el mandatario chaqueño nuevamente salió a dar la cara y pedir respaldo al Presidente, algo que en los tiempos que corren es muy difícil, y más teniendo en cuenta las últimas medidas económicas que perjudicaron directamente a provincias del norte como el despojo del Fondo Solidario que provocaron una catástrofe en un centenar de municipios del interior que perderán obras de infraestructura necesarias para beneficiar a los que menos tienen.
La gran pregunta de todos los chaqueños es hasta cuando el gobernador Peppo seguirá poniendo la cara por un gobierno nacional que solamente ha castigado al Chaco con medidas de ajuste y presión a pesar del arrastre que mantienen todos los funcionarios chaqueños desde el 10 de diciembre de 2015.
De todas formas es entendible la postura del gobernador, ya que sin el poco apoyo de la Casa Rosada no se podría haber soportado los duros embates de la Justicia Federal con las distintas causas de lavado de dinero y malversación de fondos públicos por parte de ex funcionarios provinciales surgidos del riñón del propio gobernador.
Con una profunda crisis partidaria interna, en la que Jorge Capitanich y Gustavo Martínez ya se encuentran cocinando las candidaturas de cara al 2019, hubiera sido casi imposible sin el apoyo de la Nación evitar un alejamiento del poder o, inclusive, hasta una denuncia por corrupción que hubiera destruido la gobernabilidad en el Chaco.
Ahora bien, el futuro de la gestión provincial se encuentra necesariamente de la mano del éxito del Gobierno nacional a la hora de afrontar esta dura tormenta. En caso de que Macri y compañía no puedan llegar a un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) y que el país se venga abajo, seguramente Peppo no le quedará otra más que hacerse a un lado y permitir que el peronismo intente recuperar la gobernabilidad en una provincia que se encuentra en una situación financiera muy frágil y al borde del abismo.
Y si no, solamente hace falta cruzar dos palabras con el ministro de Hacienda Cristian Ocampo, que hoy por hoy más que un ministro se constituye en un mago contorsionista que hace malabares para poder afrontar los compromisos financieros del Chaco con un presupuesto colapsado y tratando de sacar agua de un pozo que ya se encuentra totalmente seco.
El Chaco no se encuentra ajeno a la realidad que vive el país con un dólar rozando los 40 pesos y también tiene un futuro incierto de cara a los últimos tres meses de este año que serán vitales para determinar cuál será el escenario en el año electoral que se avecina. Y como ya estamos acostumbrados, seguramente tendremos un Gobierno provincial que, si bien no quiere dar pasos en falso para perder el acompañamiento de la Nación, de a poquito irá cavando un profundo pozo político del que no podrá zafar de ninguna manera.
