Rápido de reflejos y variando su estrategia utilizada en los meses anteriores, Peppo se despegó del presidente y aseguró que en el Chaco se pretende desarrollar una agenda para reducir el gasto fiscal, disminuir el déficit y generar tributos que le den un respiro a la provincia, pero lógicamente, sin tener en mente las duras exigencias que quiere imponer Macri y no tendrán consenso país adentro. Y como si se tratara de una campaña proselitista, aseveró que el objetivo siempre será trabajar por una distribución de las riquezas que sea justa y equitativa.

Estaríamos hablando de suicidio político si el ex intendente de Villa Ángela se abre de piernas y facilita la ejecución de este plan nacional, ya que no solo iría totalmente en contra de sus principios e ideologías, sino que se constituiría en un arma de destrucción masiva para el Justicialismo chaqueño que se busca reponer de un muy duro resultado en las elecciones legislativas nacionales.

Es casi imposible que el mandatario vaya en contra de los intereses de los trabajadores, ya que considera al empleo como un eje central de Gobierno, generando oportunidades pero sin dañar los derechos de los trabajadores.

Ya no importan las apariencias y ni siquiera la demora en las transferencias de fondos de coparticipación y otras yerbas. Con estos anuncios de la Presidencia se está poniendo en juego algo mucho más grande e importante que los egos y aspiraciones políticas de uno u otro. A partir de ahora se comienza a apostar con el futuro de la provincia y con los intereses de cada uno de los chaqueños, por lo que el gobernador por fin le dejó de chupar las medias a Macri y se puso la camiseta del federalismo.