Para evitar una crisis interna en el PJ seguiría todo igual en la Legislatura
El próximo lunes la Cámara de Diputados tendrá su sesión preparatoria para que ingresen los nuevos legisladores electos el pasado 23 de julio y para que se renueven las autoridades. Tras un largo período de negociaciones que incluyeron hasta operativos mediáticos desestabilizadores, parece que todo seguiría igual con Elida Cuesta al frente del Poder Legislativo por dos años más.
Durante los últimos meses corría el rumor de que la mujer de Gustavo Martínez dejaría la presidencia. Los nombres de Gustavo Ferrer y hasta de Juan José Bergia sonaban para quedarse con este puesto clave. Los ministros peppistas eran las únicas alternativas potables con las que contaba el gobernador si es que tenía la intención de romper el pacto con su socio político de la Corriente de Expresión Peronista. Pero esta decisión traía consigo otros problemas que era ajenos a la interna del Justicialismo. Para poner un presidente en la Legislatura es necesario contar con el apoyo de la oposición, lo que lógicamente jugaba en contra de los dos candidatos de Domingo Peppo.
Por un lado, es muy difícil que Juanjo Bergia consiga el apoyo del radicalismo, ya que todavía sigue latente lo que sucedió hace exactamente 10 años, cuando el actual ministro ocupaba una banca de la UCR y traicionó a su bloque asumiendo la presidencia y pasando a jugar directamente en las filas del entonces gobernador Jorge Capitanich. Esa recordada jornada, que incluyó un escándalo con sillazos y golpes de puño, continúa calando profundamente en el seno del radicalismo y no será olvidada jamás por muchos de los diputados que justamente hoy continúan ocupando bancas.
A esto, hay que sumarle la muy buena gestión que Cuesta viene llevando adelante en el Poder Legislativo a pesar de los reiterados operativos de prensa en su contra. Sin entrar en detalles sobre las denuncias realizadas por sindicalistas legislativos, podemos decir que la actual presidenta hizo algo muy bien y eso fue generar una excelente relación con el bloque Cambiemos. Durante estos dos años los diputados de la oposición tuvieron un rol preponderante en las actividades que se llevaron adelante desde la Presidencia.
En los canales oficiales de difusión de la Cámara de Diputados tuvieron el mismo espacio que sus pares oficialistas. Ni hablar de los puntos y contratos que cada diputado recibió y que, sin dudas, tendrán mucha importancia a la hora de poner en la balanza y decidir a quién se brindará el apoyo el próximo lunes 27 de noviembre.
Salvo que suceda una catástrofe, el próximo lunes los diputados volverían a votar a Elida Cuesta para que siga al frente de la Legislatura. Eso sí, si esto no sucediera, seguramente se desatará una muy fuerte crisis interna en el Justicialismo que difícilmente pueda ser apagada y que lógicamente provocará una ruptura que hasta podría poner en riesgo un triunfo que retenga la gobernación en el 2019. El gran problema es que para uno de los principales actores del PJ, como lo es el actual intendente capitalino, este escenario sería el ideal para preparar su vuelta a la Casa de Gobierno dentro de dos años.
