Judiciales y Policiales
La cautelar más larga de la historia

Negociados por más de 200 millones de pesos en PAMI y honorarios por 5 millones

Un abogado en llamas que sale a denunciar una caza de brujas, parece querer esconder un faltante de "la caja del PAMI".

Desde los años 90’, con Carlos Menem de presidente de la Nación y Domingo Cavallo como ministro de Economía, la obra social PAMI empezó a ser vaciada y saqueada hasta casi provocar su quiebra.

La “gallina de los huevos de oro” del Estado Nacional no pasa de moda y en el Chaco tuvo su pasos por el Juzgado Federal Nº1, entonces a cargo por el retirado Carlos Skydeslki que se convirtió en la medida cautelar más larga de la historia de la justicia federal chaqueña.

Sólo en el Chaco, la obra social PAMI presta servicios a más de 90.000 abuelos que están viviendo el deterioro de las prestaciones médicas, que cada vez son menos y cada vez de peor calidad, en consonancia con el saqueo que sufre la institución.

Desde que Víctor Alderete fue nombrado por Menem en 1997 por su trayectoria como titular de la compañía de medicina prepaga "Dignos", que desembarcó en el PAMI reduciendo personal y tercerizando gerencias y prestaciones, esta obra social vino decayendo y convirtiéndose en un símbolo de la corrupción del menemismo.

En estos últimos días vimos en Resistencia la reacción mediática desmedida, poco comprensible, de un abogado contra un funcionario de la justicia federal que pretende hacer nada más que su trabajo, como dice el dicho popular “cola de paja”, para no ser tan grosero de hablar de la higiene personal de este hombre del fuero local.

Hasta aquí nadie podía explicar bien qué estaba ocurriendo y porqué este hombre de bigotes y trajes caros reaccionaba así. Y el asunto es el PAMI, de allí se habrían esfumado más de 200 millones de pesos y un abogado cobró más de 5 millones de pesos en honorarios para hacer su “trabajo” de limpieza y maquillaje para evitar las huellas de los responsables.

La investigación aún no empezó formalmente en la Justicia Federal y ya se escuchan los ladridos: el Justiciero Federal podrá decir tranquilo “señal que cabalgamos”.

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