Política
Exclusivo de NOVA

Malestar del massismo a la espera de señales de Buenos Aires, mientras Bacileff tiende contactos

Mesa ampliada. Capitanich y Aída Ayala, dos de los polos de atención.

Si bien tiene un armado incipiente, el Frente Renovador de Chaco está en estado de efervescencia. Mientras crece el malestar a la espera de una autorización que tiene que partir desde Buenos Aires, el gobernador Juan Carlos Bacileff Ivanoff tiende contactos con los emisarios locales de Sergio Massa. Todos están a la expectativa, aunque nadie quiera dar el primer paso.

Por el momento, el massismo chaqueño puede dividirse en dos grandes grupos: por un lado, el sector que responde a Mónica Stride, que busca dotar de vida el partido Unión Popular como herramienta electoral del Frente Renovador, no sólo en la provincia sino en todo el país.

Allí abreva, entre otros, el intendente de Villa Río Bermejito, Lorenzo Heffner, un ex radical de Ángel Rozas que, tras la derrota de su partido, se sumó a las filas de Jorge Capitanich.

Por otro lado, está el grupo que comanda Atlanto Honcheruk, mandamás de Villa Berthet, a quien muchos ven con capacidad de liderar al espacio en 2015. Es uno de los nombres en danza para postular para la Gobernación.

El escollo que se les presenta a los massistas chaqueños es que aún no partió desde Capital Federal la autorización para poner en marcha Unión Popular, que actualmente preside, en calidad de interventor, el diputado nacional Marcelo D'Alessandro. “Tenemos irrigaciones en toda la provincia, pero estamos esperando. Para los porteños, el país termina en la General Paz”, se quejan ante NOVA.

Lo que los armadores del Frente Renovador reclaman es la autorización de D’Alessandro para echar a rodar el partido. La cocción massista en Chaco está capitaneada, desde afuera, por el histórico dirigente peronista Fernando “Pato” Galmarini, que también sumó al polémico ex presidente de Lotería Chaqueña, Daniel Pascual, echado de la gestión de Capitanich por distintos casos de corrupción.

El armador del massismo en el NEA es Vicente Joga, dos veces gobernador de Formosa. Además de estas dos provincias, el grupo está diseminado en Corrientes, de la mano de Unión Popular, que comanda Edgar Benítez, y Misiones, al mando de Gustavo Galarza. En esta última, los renovadores se entusiasman porque se ven con chances de pelear.

¿Radicales?

Las intendentas radicales Aída Ayala (Resistencia) y Alicia Azula (Barranqueras), a su vez, mantienen el misterio. Les conviene mostrarse difíciles, aunque son pocos los que creen que terminarán sacando los pies del plato de la UCR. Sobre todo Ayala, que es una de las dirigentes locales mejor posicionadas en las encuestas para conducir la provincia en 2015. Se la disputan tanto Massa como Mauricio Macri.

“Siempre espera que amanezca y se para donde sople el viento”, le reprochan desde el massismo a la alcaldesa de Resistencia. La principal objeción que le hacen es la de su “ambivalencia política”. Aunque también reconocen que, a su modo, la mujer ninguneó a Massa cuando el tigrense fue a Resistencia con operadores que “no tenían nada que ver con el Chaco”.

“Creyó que Aída ingresaría al Frente Renovador, pero no fue así porque ella definió la visita como ‘meramente protocolar’”, recuerdan, no sin cierta sorna por el orgullo local herido.

Dentro del radicalismo, Ayala fundó su propia línea interna, el Nuevo Espacio Abierto (NEA); en la vereda de enfrente tiene a Convergencia Social, el espacio de Rozas, que hoy no tiene un candidato que le pueda hacer frente en una hipotética interna.

Aída Ayala no es radical de pura cepa, sino que proviene de Acción Chaqueña, un partido de ultraderecha, pro-militar, actualmente en extinción, integrado por viejos elementos de la dictadura.

Con Azula, la situación es similar. A fines del año pasado, la intendenta de Barranqueras esperaba una llamada de Massa que nunca llegó, lo que enfrió las relaciones. Sin embargo, en el Frente Renovador local muchos la quieren como candidata en 2015. “Es derecha, honrada, tiene buena gestión y el espíritu de la palabra”, enumeran ante la consulta de este portal.

Doble juego

Pero los massistas también tienen advertencias sobre sus rivales del FpV. Con el calendario del año que viene en la mano, señalan sin temor a equivocarse que el gobierno provincial podría adelantar las PASO para marzo, en una jugada que le atribuyen al estratega mayor del oficialismo: Capitanich.

“’Coqui’ lo haría para que los demás no se armen, porque, si se adelantan las primarias, el FpV será el único que estará en condiciones”, calculan, y reconocen que, pese a que está “posicionado”, el massismo aún no está “armado” en Chaco.

En el Frente Renovador local esperan el lanzamiento presidencial de Massa para septiembre. Eso, especulan, ordenará a la tropa en el distrito. “Aparte de los contenidos, deben definirse los nombres, para que la gente vaya sabiendo. Primero Massa y después el resto”, dicen. Esa es la fórmula.

Pero eso no es todo: los massistas aseguran que el propio gobernador, “Chiyo” Bacileff Ivanoff, estaría manteniendo contactos con el propio Massa. El objetivo: garantizar su supervivencia.

De todos modos, lo que los observadores locales dan por hecho es que la ruptura de Bacileff con “Coqui” no fue tal; de hecho, fuentes del peronismo chaqueño aseguran que nunca hubo pelea entre ambos, y que desde la Casa Rosada Capitanich manda a “Chiyo” a reprimir las protestas sociales, sabiendo que al actual gobernador no le tiembla el pulso. “Lo usa para el trabajo sucio”, grafican. La vieja teoría del policía bueno y el policía malo.

Esa ruptura que se había “fabricado”, interpretan, quedó desmentida por la presencia de Bacileff Ivanoff en el acto en Rosario por el Día de la Bandera, en el que el kirchnerismo unió fuerzas para apoyar el discurso de la presidenta Cristina Kirchner contra los fondos buitre.

Al oficialismo chaqueño le ven dos eventuales candidatos para 2015: por un lado, “Coqui” promueve a su hermano, Daniel Capitanich, intendente de Campo Largo; Bacileff, por su parte, a su hijo, Darío, presidente de la Cámara de Diputados y permanente interlocutor de Massa. Nepotismo en su máxima expresión. “Nadie quiere sacar los pies del plato hasta que pase la tormenta”, firman los massistas.

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