Panorama Político Chaqueño
¿Ordenada o retirada?

La transición continúa, pero con momentos cargados de tensión

El gobernador saliente Jorge Capitanich y el entrante Leandro Zdero parecen haber roto la armonía que pedía la “transición ordenada”. (Dibujo: NOVA)

A partir del 17 de septiembre, la provincia del Chaco comenzó a vivir un proceso de “cambio” por la definición del voto popular, donde la vuelta de timón en la gestión llenó titulares de matutinos provinciales y nacionales. Además, esto vino acompañado de una muestra de “madurez política” por parte de la conducción actual, donde rápidamente reconoció la derrota y se habló de una “transición ordenada”.

En ese contexto, el gobernador electo Leandro Zdero “saltó al estrellato”, y se mostró cauteloso ante esa transición de la que tanto se habló y reafirmó una de sus banderas de campaña: las auditorías exhaustivas en cada uno de los sectores de la gestión. Como si esto fuera poco, la foto de la reunión con el gobernador saliente Jorge Capitanich, sirvió justamente de poco, ya que las relaciones no parecen ser del todo buenas.

Eso quedó plasmado nuevamente en los últimos días, donde los cruces se acentuaron públicamente, primero por dichos del “Zorro” en cuanto a un factible “operativo retirada” emprendido por los funcionarios de “Coki”; y luego por la respuesta que no se hizo esperar del gobernador que recibió un revés durísimo cuando buscó una nueva reelección.

Pero no solamente quedo ahí, sino que los dos referentes del oficialismo y oposición, que a partir del 10 de diciembre cambiarán de roles en el contexto político provincial, mandaron a la cancha a sus mejores soldados a respaldar sus posturas, enfrentando al de la otra vereda, como sucedió durante toda la campaña previo a los llamados electorales, dejando de lado lo armonioso de una supuesta “transición ordenada”.

Además, presentaciones administrativas y judiciales de los que hasta hoy son “oposición”, hicieron que inclusive sindicalistas tomaran partido en esta guerra sin armas que se emprendió en territorio provincial, pero que tiene a los dos máximos referentes políticos encumbrados en una discusión que en el horizonte parece tener mucho hilo por cortar.

En el medio, el vecino… Obvio, que se encuentra en un contexto económico totalmente complejo, sin rumbo y con una elección nacional que define los próximos cuatro años de conducción presidencial, y que también es bombardeado diariamente con publicidad política, generando un combo nuevamente de hartazgo, casi al nivel de la previa a las Primarias, Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO), que parecían haber quedado en la historia, por ya haberse transitado casi todas las contiendas que se tenían programadas en el año.

Pero no termina ahí, a las elecciones del próximo 22 de octubre, posiblemente se le sumaría una segunda vuelta nacional y para los resistencianos o vecinos de Quitilipi y Makallé, todavía hay que sumarle el llamado del 5 de noviembre a definir jefes comunales, un coctel que podría generar que el electorado se vaya alejando de las urnas, y resalte nuevamente el rechazo social a la clase política que conduce los hilos diarios de la nación, provincia o localidad donde se habita.

Entre elecciones y transición, peleas y discusiones, el tiempo pasa y la situación económica empeora. La sociedad en el medio sufre y apunta contra referentes, que pierden el tiempo en peleas para la “tribuna”, la misma que silva y reclama por respuestas a un contexto agobiante. El reloj corre y las decisiones pueden ser claves para la armonía social.

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