En el primer semestre de la gestión, el ingeniero agrónomo se excusaba de la anterior administración para deslindarse responsabilidades por esta problemática que nadie supo control en Resistencia.

Ya pasaron más de 18 meses y el experimentado equipo ambiental del Municipio todavía no está ni cerca de resolver una cuestión clave, que ya no puede ser disimulada por los aislados operativos de limpieza de un pequeño grupo de trabajadores municipales que no cuentan con el equipamiento necesario y con el apoyo correspondiente.

¿Hasta cuándo Capitanich seguirá sosteniendo a un funcionario que no cumple con su verdadera función de manera eficaz? Esa pasa a ser la gran pregunta, ya que Casas no solo es resistido por todo el ambiente agronómico, sino también por parte del gabinete municipal que lo tilda de ser un verdadero “vende humo”.

Sería una lástima que por culpa de la ineptitud de un funcionario se empañe una digna gestión municipal que con escasos recursos viene en franco crecimiento y resolviendo demandas históricas de los vecinos.

Nobleza obliga, tampoco hay que deslindar responsabilidades a la nefasta organización sindical que maneja al Municipio desde las sombras y que aporta su granito de arena para que la ciudad sea un chiquero.

Las principales irregularidades son nada más y nada menos que en el sector de barrido, limpieza y recolección de residuos, columna vertebral y bastión del secretario general del Sindicato de Trabajadores (STM), Jacinto Amaro Sampayo. “El Padrino” municipal tiene como maniobra habitual asediar a los intendentes de turno poniendo en contra a los trabajadores para que no cumplan adecuadamente sus funciones.

Esto no cambió y no cambiará nunca hasta que de una vez por todas el municipal resistenciano le suelte la mano a Sampayo y piensa realmente en los intereses de la ciudad.