Política
Panorama político nacional

Instrucciones para llenar el vacío cristinista

CFK fue internada y el kirchnerismo se apuró en mitigar su ausencia. (Dibujo: NOVA)

Cristina no está y en la política se dice que su ausencia se hace sentir. En regímenes presidencialistas como los de estas latitudes, el silencio del líder hiere y preocupa a la tropa. El rejunte kirchnerista se agrupó como pudo y exhibió una dudosa imagen de "unidad", mientras se cuecen las habas sobre precandidatos que podrían bajarse y otros que obtendrían finalmente el aval tan esperado: el de la vanguardia. Unidos o dominados.

La Presidenta fue internada y el kirchnerismo se apuró en llenar el vacío. La línea argumentativa de barricada en el orden económico fue suplida por Axel Kicillof, que curiosamente concedió una entrevista en la que desmintió la supuesta elaboración de un proyecto para acordar con los holdouts, dijo no advertir una pérdida del poder adquisitivo y se plantó contra todos al insinuar que puede haber alguien que "esté poniendo plata" para que se anuncie una corrida bancaria y un dólar por las nubes. También izó bandera también contra el "diciembre de quilombos".

Otro encumbrado camporista como Wado De Pedro responsabilizó al aún indefinido Frente Renovador por los conflictos que pueda haber a fin de año. Todo asoma como una suerte de búsqueda de permanencia para tapar el vacío que les dejó la jefa, a la que irán a consultar a Calafate como a una especie de Puerta de Hierro glacial, según adelantó otro garante de la juventud como Juan Cabandié.

Puertas adentro, la gestión recayó sobre Capitanich, que por momentos pareciera tener un doble. El jefe de Gabinete no sólo acudió (una vez más) al Congreso para protagonizar el paso de baile del informe de gestión sino que también se repartió entre los distintos actos de gobierno. Un destino auspicioso podría esperarlo en 2015.

En un complejo balanceo, cunde el silencio presidencial pero asciende el predicamento de Daniel Scioli en el núcleo duro kirchnerista. No sólo los jóvenes camporistas con el bastón de mariscal reconocen su identidad K y su derecho a competir: los viejos carcamanes del PJ lo saludan con sus mejores modales. Como siempre.

Pichetto, nuestro Frank Underwood peronista, ya declaró su apoyo al ex motonauta para 2015. Atrás quedaron las intenciones de acompañarlo en la fórmula: el objetivo del rionegrino es su pago chico, arrebatado por los vientos del massismo. Pero el riojano Beder Herrera le puso los puntos en su catolicismo sciolista: “Fui el primero”, advirtió. Una lista en la que Gioja estuvo casi antes que nadie.

Es en este berenjenal de tropa "suelta" por ausencia presidencial Scioli emerge como el posible candidato de la unidad kirchnerista. Su incursión presidencial podría reeditar el experimento de 2011, cuando compartió binomio bonaerense con un comisario político que se erigió en un contrapoder y terminó como agente de tránsito. Aunque esta vez podría estar acompañado por un dirigente de mayor fuste que el atribulado Mariotto, confinado a las mañanas de lunes en Radio Provincia. En esos cálculos se inscribe Capitanich.

El hombre de Chaco reúne todas las condiciones para ser el compañero de fórmula que mantenga la fiebre del kirchnerismo en el PJ: formación técnica, perfil dialoguista, lealtad kirchnerista, destreza para conducir el Senado, presencia en el partido, apertura hacia la prensa. A la imposibilidad de renovar en su provincia el año que viene se suma el desembarco trunco al binomio presidencial de 2011, cuando Cristina terminó optando por Boudou. El resto del kirchnerismo se acomodaría en las listas legislativas y en los cargos a repartirse, aunque para La Cámpora esa "rosca" sea mala palabra.

Si bien estuvo con un pie afuera del Gabinete, la feroz interna de su provincia se ordenó luego de la intervención presidencial y Capitanich recobró ánimos para conducir la gestión en el último tramo cristinista. No fue necesario que interviniera en el diferendo Su Santidad, el papa Francisco, como había desafiado Bacileff Ivanoff. La orden de Cristina fue suficiente. Ni el Papa iba a lograr que se modificaran las PASO de Chaco. Lo logró la Presidenta.

Eso sí: para no levantar sospechas se mostraron agrupados. Capitanich y Randazzo, que nunca se llevaron bien, compartieron junto a Kicillof un acto en una estación ferroviaria de San Fernando. Como Urribarri, el ministro del Interior insiste con su precandidatura presidencial, pero nadie puede garantizar que termine apostando en esa mesa. Por “obediencia política” -esa materia que Pichetto les enrostró a los trasnochados de la nueva-, Randazzo podría terminar como cabeza de batalla en la provincia de Buenos Aires, su objetivo de antaño.

“Acá están los dólares”, lanzó Kicillof, como para ratificar que la canción sigue siendo la misma pese a la ausencia temporal de la Presidenta. Hubiera sido poco probable un encuentro con esa convocatoria en presencia de Cristina. La Presidenta los deja jugar y aguijonearse en procura de alimentar una interna que se torna deslucida pese a las suposiciones iniciales. Pero ahora el vacío debe ser llenado por todos. Ya habrá tiempo para ir a Puerta de Hierro.

Por Nicolás Poggi (@pogginico), acreditado de NOVA en Casa Rosada.

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