Opinión
Archivos secretos del Vaticano

Francisco rompe el silencio

Francisco sacará y revelará los documentos secretos que haya sobre Pío XII, el “Papa del Silencio”.

Por Vidal Mario (*)

Paradójicamente, los archivos secretos del Vaticano están ocultos a plena vista.

La entrada a los mismos se encuentra al lado de la no menos monumental Biblioteca y de la playa de estacionamiento que usan los empleados pontificios.

Debajo de esa playa está la bóveda subterránea que alberga al gigantesco archivo.

Suman ochenta kilómetros de estantes redondos con siglos de documentos históricos, correspondencias de familias reales, cartas de los papas y memorándums ultra secretos, muchos de los cuales la Iglesia vería con mucho gusto que sigan donde están.

Son, en total, cinco depósitos redondos y de entrada tan restringida que allí sólo puede entrar personal técnico expresa y debidamente autorizado por el Papa.

De éste misterioso reducto subterráneo, en marzo del año que viene Francisco sacará y revelará los documentos secretos que haya sobre Pío XII, el “Papa del Silencio”.

Pero cuando así lo haga el pontífice argentino estará violando una antigua tradición.

Según lo establece la rigurosa norma vaticana, los archivos secretos relacionados con un Papa recién pueden ser revelados 75 años después de su muerte.

Habida cuenta que Pío XII murió en 1958, en el caso suyo esos 75 años de “silencio stampa” se cumplirá recién en el 2033, es decir, dentro de trece años.

Pero Francisco se anima a romper esa norma porque, dice, “la Iglesia no le tiene miedo a la historia”.

Una esperada apertura

No sólo los historiadores sino mucha otra gente sostiene que es un acto de justicia que Francisco salga ahora a abrir aquellos archivos para que el mundo se entere qué papel jugó realmente Pío XII en esa época de inaudita crueldad nazi.

En octubre de 2008 ya hubo un pedido de la comunidad judía al respecto, que la Iglesia rechazó.

En aquella oportunidad, el portavoz del Vaticano, Federico Lombardi, admitió que el reclamo era “comprensible” pero a la vez dijo que catalogar más de 16 millones de documentos demandaría como mínimo unos siete años.

Los judíos también pidieron la suspensión del proceso de canonización de Pío XII, por estar acusado de guardar un silencio cómplice durante el Holocausto.

Benedicto XVI les respondió que examinaría dicha solicitud “con seria consideración”.

Pero su respuesta fue no, y el 19 de diciembre de 2009 proclamó “venerables” a Pío XII y a Juan Pablo II.

No hubo oposición en el caso de Karol Wojtyla, el primer Papa eslavo de la historia.

Pero el otro anuncio sobre el “Papa del silencio” provocó duras críticas no sólo de las comunidades judías sino también de algunos historiadores católicos.

Hubo una generalizada oposición a que Pío XII, quien en 1955 otorgó las insignias de la “Orden Suprema de Cristo” al sanguinario dictador Francisco Franco, alcanzase la gloria de los altares.

¿El Vaticano lo sabía?

En marzo de 1989, el diario italiano “Corriere della Sera” se preguntó si en tiempos de Pío XII el Vaticano sabía que se estaba desarrollando un Holocausto.

El periódico citó con nombres y apellidos a muchos testigos “confiables” que declararon haber informado a Roma sobre el exterminio de judíos y otros grupos étnicos.

Un sacerdote que dijo haber estado en un tren hospital dijo que le escribió a Pío XII para informarle: “La matanza de minorías y de judíos continúa. Los judíos no tienen cartilla de racionamiento para conseguir alimento, y mueren de hambre”.

El Vaticano también habría recibido avisos de lo que estaba sucediendo a través de otras altas fuentes católicas, entre ellas el delegado apostólico de Berlín, los arzobispos de Münster y de Viena, y el embajador del Papa en Alemania.

La conclusión del diario fue: “El Vaticano lo sabía”.

Nazis en la Argentina

El anuncio de abrir los archivos es también muy significativo por algo que tiene que ver con la reciente historia Argentina.

Para facilitar la fuga de centenares de nazis a la Argentina, el polémico Papa creó una organización llamada Comisión Pontificia de Asistencia al Refugiado.

Una vez que sean revelados, los archivos podrían sacar a la superficie lo realizado por esa institución papal.

La Comisión Pontificia de Asistencia al Refugiado trabajaba coordinadamente con la Comisión de Funcionarios Argentinos “Santiago Peralta” y con la agencia de viajes “Vianord”, cuyos propietarios eran Juan Duarte (hermano de Eva Perón) y el ex SS, Rudolf Hönter.

A su vez, Perón creó la Sociedad Argentina de Recepción de Europeos (SARE), que colaboraba con la Dirección de Migraciones en cuestiones vinculadas a refugiados alemanes.

En 1947, el fiscal por Estados Unidos en Roma, Vincent Lavista, informó en un memorándum al secretario de Estado norteamericano Robert Marshall que “el Vaticano es la principal organización implicada en el movimiento ilegal de nazis”.

Esa nota fue desclasificada y publicada en 1982, provocando un gran escándalo.

La cuestión es que hace más de sesenta años que muchos se preguntan vienen por qué la Iglesia jamás excomulgó a Hitler y a Himler, por qué guardó un silencio y pasividad casi absolutos durante el horror nazi, y por qué Pío XII nunca vio necesario, por no decir indispensable, condenar los campos de exterminio.

Seguramente ahora, con la apertura de los archivos, vendrán las respuestas a esas preguntas.

*(Escritor-Historiador)

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