Luis Obeid fue el interventor del PRO en el Chaco y accedió a una banca provincial mediante el acuerdo electoral entre su partido y la UCR, sin experiencia en la militancia política pero con el “gran” antecedente de haber sido convocado a la función pública por Sandrita Mendoza mientras fuera Ministro de Salud.
Sí, tal es la amplitud ideológica de la kinesióloga o es que quizá no había médicos peronistas para ser convocados… sin embargo, otros dicen que necesitaba de alguien tan ligero como ella para hacer caja.
En la obra social sostienen que desde que Obeid es diputado, se ocupó más del PAMI que de legislar. Y así premió a la abogada Florencia Albizatti por haber escondido las fichas de afiliaciones que venían del interior provincial, como las 246 que trajeron de Villa Ángela, pero que ella obedeciéndolo las hizo desaparecer.
Hoy Albizatti goza de un sueldo de 60.000 pesos mensuales, pero cargando en su conciencia haber avasallado la voluntad y los derechos de ciudadanos que querían formar parte del PRO y hoy no lo son.
Aseguran que Obeid está todo el día en el PAMI y hasta “les reta a los empleados” como si estuviera ocupando algún cargo en la obra social, en fin dirige más allí que en su oficina de la legislatura.
También el contador de su geriátrico, Jara, fue premiado y no sabemos por qué, pero fue nombrado en la obra social por un sueldo semejante a la abogada. Mientras que el formal director de la Delegación Chaco, Victor Rousseau, está todo el día encerrado en su oficina “dibujado”, según los propios empleados de la sede central.
En fin, todos los males que “el gordo” (así lo llaman sus partidarios) imputaba a los antiguos dirigentes del PRO como el contador Piceda o Caravaca Pazos, ahora los ha hecho propio para “cerrar” las puertas de su partido evitando la participación de más ciudadanos y de la juventud que pretenden mediante elecciones internas renovar sus autoridades: cuenta con apenas 3.000 afiliados, muy por debajo del partido de la Concertación del diputado Raúl Acosta o del NePar que conduce Juan José Bergia que superan los 10.000 afiliados. Un papelón.
