La víctima resultó Rubén Akerman, de 52 años, propietario de un campo denominado “Establecimiento Don Carlos”, consistente en 3.100 hectáreas, propiedad de Carlos Mainero.

Según explicó Akerman, la ingrata visita se produjo en plena madrugada del domingo y aprovechando la sudestada reinante.

El grupo se trasladó directo a un silo bolsa, de cuyo interior sustrajo más de 100 toneladas de soja que se encontraban almacenadas en un predio ubicado al fondo del establecimiento.

De acuerdo con las estimaciones, el valor de la soja oscilaría entre $ 150.000 y $ 200.000. También se intuye que fue retirada en al menos cuatro camiones.

El robo fue descubierto ayer por el encargado Luciano Maldonado, durante un recorrido de rutina, al determinar que a 3 kilómetros del casco del establecimiento habían ingresado camiones ajenos a la firma comercial.

Al darse intervención policial, el subcomisario Marcelo Herrera estableció que habrían trabajado al menos seis personas y empleado un chimango para cargar los camiones.

La tarea no fue nada fácil. Se cree que demandó varias horas de trabajo. Los delincuentes irrumpieron por el sector sur, previo corte del alambrado de un campo vecino dedicado a la siembra de algodón. Mientras cargaban los camiones, el sexteto delictivo dejó botellas de una conocida bebida de elaboración chaqueña que fueron halladas por la policía y ahora se apresta a peritarlas.

Es la prueba genuina de que los autores partieron al Chaco.

Después, la policía siguió el trayecto de los camiones que iban perdiendo granos de soja por los caminos de tierra. Todos los vehículos desembocaron en la ruta nacional 16, a la altura de Río Muerto, Chaco, geografía en que los misteriosos vehículos literalmente desaparecieron.