Este escenario complicaría aún más el panorama de la actual gestión provincial que se encuentra transitando un sinuoso camino hacia la catástrofe política. No será fácil revertir esta situación, ni tampoco encausar una ruta de una nave que se encuentra literalmente al garete.

En los pasillos de Casa de Gobierno se escuchan todo tipo de chismes, desde una renuncia por enfermedad del gobernador Peppo, hasta alguna no tan inesperada denuncia de las Justicia Federal a una persona del círculo íntimo, pero realmente íntimo, del mandatario chaqueño. Esto abriría las puertas para que Daniel Capitanich acceda a la gobernación, o hasta porque no, que Elida Cuesta, la presidenta de la Cámara de Diputados pueda tener la chance de dirigir los destinos de la provincia. Esto si bien suena descabellado tampoco es imposible, ya que la cadena de sucesión es clara en la Constitución provincial beneficiaría a más de un sector del peronismo chaqueño.

Y qué decir de las elecciones del año que viene, si realmente estamos hablando de una crisis institucional que ni siquiera puede asegurar la finalización del mandato del actual gobernador. La oposición, sumergida en una profunda interna partidaria tampoco se constituye en una alternativa seria, ya que los principales aspirantes son Víctor Zimmerman y Carim Peche que ni siquiera gozan del conocimiento del electorado chaqueño.

En fin, solamente el tiempo permitirá dilucidar qué pasará en el Chaco, lo que sí queda claro es que la novela seguirá en llamas y mantendrá atentos a todos.