Judiciales y Policiales
Mala leche

El Procurador dijo que está todo bien en Fiduciaria y con el proveedor, pero aquí hay "gato encerrado"

Probable mercadería adquirida por la empresa Cheek SA para proveer al ministerio de Salud del Chaco.

En el caso del hurto de leche que recientemente “explotó” en la administración provincial, tiene de mínima puntos oscuros, preguntas sin respuestas y falta de pericia en la investigación judicial y hasta falta de preguntas que lo haría cualquier neófito en investigaciones, que viniendo de profesionales no resulta creíble que “se le escape la tortuga”, si ante los ojos de un lego surgen las preguntas que la Fiscal y su equipo no hicieron y el Procurador no reparó en esos “olvidos” o “descuidos”. Visto así, todo parece hecho para proteger la autorización de la operación de pago de Fiduciaria del Norte, en manos de quienes resulten ser responsables, si finalmente la justicia investiga a fondo, sin reparar los intereses que afecten.

Se compraron 279.000 kilogramos de leche en la licitación Nº1 hecha en el año 2018 por Fiduciaria bajo el fundamento de que “podría” faltar para poder abastecer a la provincia en el primer trimestre del año, con la partida que envía Nación. Este cálculo parece que fue errado, ya que la primera entrega que hizo Cheek SA está registrada a fines de marzo por un total de 18.816 kilogramos.

Primer aspecto: no hubo faltante en ese trimestre. El segundo es un dato muy importante, ya que la empresa intermediaria entre los fabricantes y el Estado chaqueño, tiene harta experiencia como proveedora del Estado, tanto que desde el gobierno de Ángel Rozas es habitué de la Casa de Gobierno. Faltan de sus remitos nada más ni nada menos que los números de lotes, la dirección donde fueron entregados y tampoco figuran los datos del transportista en la mayoría de las facturas.

Para que el hombre común pueda entender la gravedad de estas omisiones y la importancia de que figuren en la factura es como comprar un automóvil sin contar con el título de propiedad y sin la cédula verde.

De aproximadamente 15 facturas emitidas por Cheek SA sólo 5 estarían confeccionadas con los datos que usualmente se agregan en las mismas y 10 no fueron cargados esos datos elementales para poder controlar y asentar correctamente luego administrativamente para poder autorizar el pago y justificarlo, que es donde Fiduciaria tendría la responsabilidad de haber autorizado y pagado las mismas sin esos datos respaldatorios de rigor: 4 no tiene números de lotes y 11 no tienen datos del transporte que trasladó la mercadería.

Hasta el momento se conoce la “desaparición” de unos 100.000 kilogramos de leche, la compra realizada fue por 279.000 kg. Fueron entregados tan solo 75.000 kg. Con lo cual para la investigación de NOVA estarían faltando unos 204.000 kilogramos y no solamente 100.000 kg. de leche fortificada, como se suponía inicialmente.

La sospecha generalizada es que esa diferencia del producto lácteo, nunca ingresó ni a los galpones de Cheek ni a los depósitos que tiene alquilado el ministerio de Salud. Según la nota publicada en un portal digital el 2 de octubre, Sergio Saidman, como apoderado de la empresa Cheek SA dijo que adquirió 279.339 kg y especificó que “un equipo completo (chasis y acoplado) de leche entregada normalmente entran 18.816 unidades”. Lo cual nos da que se necesitaron 14,82, es decir casi 15 camiones con acoplados para totalizar la entrega, pero para el Procurador Jorge Canteros fueron necesarios tan sólo 10 camiones.

El gato encerrado

La responsable de uno de los galpones, el de la ruta 16 entre los kilómetros 23 y 24, Marcela Aceval es empleada de SAMEEP: ¿Por qué habrían de dejar allí a cargo a una sola mujer, sin experiencia ni capacidad de herramientas administrativas para asentar el ingreso y egreso de mercaderías y sin personal a cargo para sobrellevar semejante tarea?

Es evidente que las cosas fueron hechas así para facilitar la comisión del delito y que muy probablemente los productos tenían como objetivo la utilización política del producto y en ese supuesto, algunos “punteros políticos” hacían lo de siempre: vender la caja de leche, como se vendieron colchones en épocas de las inundaciones o los productos de las cajas del PAN (Plan Alimentario Nacional) hace mucho tiempo atrás.

¿Porqué Fiduciaria ordenó el pago a la empresa Cheek si las facturas no tendrían registrados los datos imprescindibles para confirmar la entrega de esos productos, más aún teniendo en cuenta el volumen de la operación realizada?

Finalmente, algo básico para quien no tiene estudios ni preparación en asuntos de justicia e investigación: ¿La Fiscal Rosana Soto pidió los remitos con todos los datos de la fábrica proveedora de leche Purísima fortificada de la firma La Sibila? Es algo imprescindible para cotejar números de lotes, de series, datos del camión y chofer y dónde fueron entregados esos productos, porque además de todo esto, entendemos que 279.000 kg de leche no caben en el depósito de Cheek SA, teniendo en cuenta que es un mayorista y tiene ocupado ese espacio con otros productos para su habitual y diaria comercialización.

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