Claro que todo esto merece de mi parte algunas reflexiones:

a la señora Intendenta hace un tiempo y luego al gobernador en persona le informé que existía un terreno con una mayor superficie, cuyo propietario ante sus deudas con el municipio estaba dispuesto a cederlas por un precio mínimo, y dada su ubicación sobre Ruta Nicolás Avellaneda a pasos de los crematorios existentes constituía un lugar ideal para el emplazamiento del nuevo Cementerio de Resistencia.

Nada de esto ocurre en este terreno del parque Caraguatá, alejado de todo tipo de infraestructura, servicios, etc. al cual para poder poner en condiciones de llevar a cabo este emprendimiento hay que invertir tiempo, esfuerzo y dinero. Y de todas maneras estaremos desvirtuando los conceptos e ideales para los cuales fue fundado, un Parque Conservacionista de la Naturaleza.

Esta lejanía además perjudica notablemente a quienes son asiduos concurrentes, como personas en su mayoría grandes de edad que concurren a visitar a sus familiares fallecidos, que son los más desprotegidos y sensibles en estos casos, no solo por su edad sino también por sus recursos limitados.

Párrafo aparte me merece los medios de transporte, ya sea colectivo que no existen, ni tan solo que circulen por la Ruta, se sumaría además el peligro de la gran distancia existente entre la ciudad propiamente dicha y este cementerio, dado que además la ciudad se extiende hacia el sur, o sea cada vez quedará más lejos concurrir.

¿No será esto el comienzo de grandes y futuros negociados de parte de algún iluminado visionario? Pero claro como siempre digo, lo dice el negro Sampayo, que es como el perro ladrando a la luna.